lunes, 25 de enero de 2010

AH, PERO EL PARTIDO CONSERVADOR...¿EXISTE?

COLUMNA CARCAJ

Si todavía existe no ha de ser por mucho tiempo. Parece que su último aliento de vida se lo llevó el ex presidente Pastrana, hijo. Porque el Partido Conservador de Ospina Pérez actualmente se ha convertido en un lagarto del presidente actual. Tan es así, que uno de sus precandidatos a la presidencia declara sin vergüenza que si el actual presidente se lanza, él no se le atravesará. Entonces ¿para qué carajos está buscando la candidatura oficial? ¿Para qué tanto alboroto? Para qué tanta gastadera de plata, de tiempo? ¿Será que el moribundo Partido Conservador tiene en sus propias filas a alguien que lo está apuñalando por la espalda y el Partido no se ha querido dar cuenta? ¿Está así de mal el Partido Conservador que acepta tal cosa? ¿Hasta cuando van a dejar los directivos, miembros y electores conservadores que le pisoteen al alicaído partido?

No es necesario ser político, ni politiquero, ni analista, para darse cuenta de la paradoja del tristemente famoso candidato de querer seguir poniendo al servicio del Presidente al Partido que en teoría lo postulará como su candidato si le gana a su oponente. ¿Será que a este ex ministro lo que le preocupa es que no lo lleve el Presidente como su Vice en su futura campaña, que lo saque de la lista de sus consentidos? ¿Por qué no es sincero con el Partido y deja de herir al ya de por sí mal herido partido que en los últimos años no ha hecho más que ser lacayo del presidente de turno?. Se ha vuelto un partido donde mandan y deciden pocos, un partido al servicio de los intereses de un Presidente que no comulga con ninguno de sus pilares.

Parece que el Partido Conservador no tuviera orgullo, no tuviera vergüenza porque está atado a lo que el Presidente diga o deje de decir. Mientras tanto, sus pocas figuras nacionales se dejan llevar por puestos y prebendas dejando agonizar al Partido sin misericordia

Nadie comprende a qué juega el precandidato a la presidencia por el Partido Conservador. Su actitud es una burla más al partido del que se han burlado sus mismos militantes asegurando sus intereses personales. Aunque se esperaría, sin saber porqué hubiera de esperarse, un cambio de actitud, como el de ir a la pelea de las elecciones presidenciales así se pierdan, pero se muere luchando. No, señor.

Este precandidato quiere que el pueblo conservador de Colombia, si existe, lo elija para él endosarle los pocos votos que alcance a recoger al Presidente, como si el Partido Conservador se lo hubieran escriturado a él en una notaría de Medellín para que haga con él lo que le dé la gana. Y los directivos actuales del partido no dicen siquiera esta boca es mía. ¿Será que dejarán que este precandidato mate al partido entregándolo a su señor y mentor?.

Pero es que el Partido Conservador no tiene tan claro el horizonte: por un lado un precandidato que quiere ser candidato sólo para seguir venerando a su jefe, y por otro lado una candidata que jamás será Presidente y que siempre ha bailado al son que le toquen. Más que Presidente a ella le gusta es el servicio diplomático y si gana la consulta, cosa difícil, también pondrá sus voticos a disposición del próximo presidente como siempre lo ha hecho a cambio de un servicio a la patria en el exterior.

¿Dónde están los postulados conservadores? ¿Qué pasó con la visión del partido?. Bueno, pero es que su visión quizás sea la misma del Partido Liberal, el Polo Democrático y todos los partidos y movimientos políticos en el país en general y en el departamento del Magdalena en particular, y es la de comprar votos por una botella de ron y una libra de carne y un billete de la m´s alta denominación.

El Partido Conservador está con su azul cada día más desteñido por culpa de sus propios representantes. Últimamente no ha hecho más que decir “sí, señor Presidente”, “lo que usted ordene, señor Presidente”. Seguro que si el presidente le ordena acabar con todo vestigio de su partido, a sus miembros, lo hacen encantados, todo sea por la santa burocracia.

Así como van dándose las cosas en su interior, el Partido Conservador si no despierta de esa pesadilla que padece desde el 2002, morirá sin remedio. Me imagino que su precandidato ya compró la pala para ser él el primero en echarle la tierra al muerto y llevar la partida de defunción en bandeja de plata al señor que tanto admira, y remeda sin éxito, por fortuna.
FABIO FERNANDO MEZA
fafermezdel@gmail.com

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