miércoles, 20 de julio de 2011

LA SARNA DE LA MEDIOCRIDAD

En el municipio de Santa Ana, Magdalena, casi desde que se promulgó la ley sobre la elección popular de alcaldes y gobernadores, entre otros, durante la campaña proselitista la única arma que esgrimen los candidatos a estas dignidades es la de la difamación, la de la calumnia, la de las mentiras, la de los improperios, la de los chismes, y si no le encuentran al adversario algo digno para destruirlo moralmente, se lo inventan.

No hay en este municipio carcomido hasta las entrañas por la politiquería y la corrupción un alcalde que haya ganado el favor del elector a base de ideas, de propuestas. Lo han hecho demeritando a quien como él aspira a ser elegido. Lo más triste es que cada vez que hay elecciones para elegir a un alcalde o a un concejal, en el municipio de Santa Ana se recrudecen más las campañas para desprestigiar, para arruinar moralmente al oponente, para difundir chismes que cuarteen la reputación del contendor, y más se ensañan con el aspirante que esté cautivando al elector.

La única guerra que debería existir en la campaña electoral a la alcaldía de Santa Ana debe ser la de las ideas, la de las confrontaciones sanas, públicas. Debe imperar la calidad de las propuestas, de las sugerencias, de las ideas innovadoras. Pero no. Los candidatos sólo se empeñan en degradar al otro, inventar un chisme y hacer correr el rumor entre sus simpatizantes para destruir, no sólo al candidato de la competencia sino de paso a toda su familia.

De ahí que la mayoría de las familias decentes, admiradas y respetadas de cada uno de los pueblos que conforman este municipio, antes, durante y después de la campaña politiquera sucia y baja se declaran enemigas para siempre y por siempre por seguir a uno o a otro candidato a la alcaldía o al concejo municipal. Parece que el fin de los candidatos a la alcaldía y al concejo del municipio de Santa Ana no es la redención de su gente, sino sembrar más odio y rencor entre sus habitantes como si no bastara con todos los sinsabores que ya nos aquejan. Y lo han conseguido. Porque actualmente, por culpa de la politiquería, de intereses particulares por encima del general, ya no se habla el vecino con el vecino, sólo porque yo apoyo a Fulano y aquel a Mengano y se declaran la guerra. Mientras que quien a base de insultos, de chismes de peluquería, de cuentos de esquina, de sembrar la intriga, llega a ser alcalde, deja una estela de odios, amargura, de enemistades perennes que alcanzan hasta a la próxima campaña y que muchas veces alcaldes y concejales siguen atizando para sus propios beneficios.

En época de elecciones de alcalde y concejales, el municipio de Santa Ana debería cambiarse el nombre y llamarse “municipio del Santo Chisme y del Santo Desprestigio”. Porque eso es lo impera en los meses previos al día de elecciones en este municipio, incluso, después. Y mientras tanto, el pueblo sigue muriéndose de hambre, sin esperanzas, sin norte; sin políticas claras que nos saquen del pantano del siglo XVII en el cual actualmente vivimos.

Por lo general elegimos al que más chisme riegue, al que mejor hable mal del otro con el que compite; sí, elegimos al aspirante que se rodee de profesionales del rumor, de profesionales de la calumnia; el que más caro nos pague el voto, y nos olvidamos de escuchar propuestas, muchas veces porque no las hay, y otras, porque la reunión donde reparten tragos, comida y chismes nos está esperando, y claro, para escuchar los nuevos y frescos ataques a la moral del contrincante.

¿Y las propuestas? ¿Dónde están las ideas que nos van a redimir? ¿Es que si X ó Y ganan también gobernarán a base de chismes y de rumores para desprestigiar a quien ose criticarlos?

Escarbar la vida privada hasta lo más íntimo de las personas que desean quitar del camino que conduce a la alcaldía o al concejo es demostrar la estupidez y la limitada capacidad para gerenciar a este municipio. Este es el deporte favorito de los actuales candidatos. No se gobierna dejando una estela de odios y de rencores entre los electores para satisfacer caprichos matreros y bajos. La dignidad humana se respeta por el sólo hecho de que somos seres pensantes.

Tantos, pero tantos son los proyectos que se deben emprender en el municipio de Santa Ana, que un candidato y su equipo de campaña serios si se ponen a estudiarlos y a buscar la manera de llevarlos a la práctica no tiene tiempo para dedicárselo al chisme ni al desprestigio del contendor. Pero parece que no hay candidatos serios a la alcaldía y al concejo. Santa Ana es un municipio que cada día se hunde más en el hueco de la desigualdad social, de la ruina y la desesperanza y ningún candidato a las corporaciones públicas parece querer sacarla de ahí. Sólo les interesa ganar sin importar los métodos, ni las maneras, ni las formas, ni las armas. ¿Quien utilice medios moral y éticamente reprochables para ganar una elección si será buen burgomaestre o buen concejal?
Ojala las actuales y futuras generaciones de todos los rincones de los pueblos que conforman a este municipio no se dejen contagiar de esta sarna: la sarna de la mediocridad

FABIO FERNANDO MEZA
fafermezdel@gmail.com
2011.07.20

LA FAMOSA GARRA VALLENATA

En la población de El Difícil, Magdalena, hay indignación porque según los que saben, La canción “La que quiera irse” del corte séptimo del trabajo discográfico del cantante Diomedes Díaz, y que firma su hermano Rafael, no es de él sino del hijo del legendario Pachito Rada, quien también lleva su nombre, quien la grabó hace más de 40 años con el título de “Dudo que me quieras”. Se ratifica que este es un tema de nunca acabar en nuestra música. Y hay todo un mosaico para refrescar la memoria de que este no es ni será el único caso. He aquí algunos de tantos:

La canción “El Humanitario” que rompe el CD de Sólo Clásicos de Peter, no es de Calixto Ochoa, quien la firma. Esta canción es de un rico hacendado de la población de El Difícil, Magdalena, don José Ospino Hernández; la canción “Mi Salvación” que firma y canta Poncho Zuleta, se dice por la región del Valle que en realidad es de Álvaro Cabas. De igual manera el merengue “Emma González” que canta y firma el mismo cantante, el verdadero padre es Julio Oñate Martínez.

Abel Antonio Villa también firmaba canciones sin saber ni cómo ni cuando fueron inspiradas. Por ejemplo el son “Zoila”, los paseos “El Higuerón”, “Amalia Vergara”, “Soy de la Montaña”, “Isabel Martínez”, “La Camaleona”, son en realidad canciones de José Antonio Serna, Sebastián Guerra, Rafael Almeida, Antonio Llerena, Germán Serna y Leandro Díaz, respectivamente.

El popular José Maestre, “Joseíto”, de San Juan del Cesar, sostiene que la canción la Historia que firma el desaparecido maestro Escalona es de un Sanjuanero: Rafael Ramón.

Alejo Durán firma “Alicia Adorada” y “Sielva María” sin ser autor de esas canciones. Sus autores reales son Juancho Polo Valencia y Germán Serna. La canción "Altos del Rosario" es la música de "Los Guayabos de Manuela" de autoría de Pacho Rada. Alejandro Durán lo reconoció más tarde y para reparar el daño, grabó también "los Guayabos de Manuela".


La autoría de la canción “De Mi Propia Raza”, que firma y canta Diomedes Díaz, es reclamada por un músico venezolano. De la canción "El turpial" que aparece bajo la firma de Diomedes Díaz y que grabó su hijo Rafael Santos, el compositor caleño Mario Fonseca dice que él es su creador. Pero también confiesa sin vergüenza que él se la vendió en un millón de pesos al cantante Diomedes.

Nelson Armesto Echavez, reclama la paternidad de la canción “Ayer y Hoy” grabada por los Hermanos Lora y que fue éxito por allá por el año de 1985 y aparece firmada por Juan Carlos Lora.

El merengue “Juana Bautista” grabado por los Hermanos Zuleta y por los Hermanos López no es de Tobías Enrique Pumarejo, sino de Andrés Montúfar.

Pero hay excepciones. Hay en la confraternidad del vallenato lo que puede llamarse “robo consentío” y sucedió con la canción “El Indio Manuel María” cuyo autor es Escolástico Romero, papá de Israel. Pero en una parranda que él sostenía con su compadre Emiliano (era padrino de Emilianito) a éste le gustó la canción y ofreció comprársela. El patriarca tuvo un gesto noble: “compa, se la regalo”. Y desde entonces aparece con la firma del viejo Emiliano.

Felipe Peláez reclama la autoría de la canción “Ahí viene ahí va” que firma y canta Silvestre Dangond.

La famosa canción “Grito Vagabundo” que firma Guillermo Buitrago en realidad es de la autoría de Ventura Díaz Ospino, un hijo de El Difícil, Magdalena.
Esteban Montaño, músico de Santa Marta, siempre reclamó la autoría de la canción “Cumbia Cienaguera”” que firma Luis Enrique Martínez.
Un músico de Barrancabermeja reclama ser el autor de la canción “Cuidado con Judas” que firma Dagoberto Osorio y grabó Silvestre Dangond

Se dice también que algunas de las canciones que firma Fabio Zuleta Díaz, en realidad eran de Héctor, su hermano. En fin. Esto de reclamos de derecho de autor tiene tanto de largo como de ancho, porque a decir verdad también se da el caso de que el autor original vende la canción y cuando ve que es éxito comienza a reclamar con patadas de ahogado cuando ya para qué...

Hay autores que no reclaman. Por ejemplo, el ganadero de El Difícil dice que “él no necesita de esa vaina”. Otros, todavía libran batallas legales para que se les reconozca la autoría; otros, nunca reclamaron nada; otros, sí han ganado la batalla jurídica y en los créditos de las respectivas canciones cuando se hacen nuevos tirajes aparece la corrección y Sayco les cancela sus regalías. Por ejemplo, las canciones que en realidad son de Germán Serna y la canción “La Víspera de Año Nuevo” que antes aparecía firmándola Guillermo Buitrago, quien la canta, y es en realidad de Tobías Enrique Pumarejo, como actualmente aparece, entre otras.

Ojalá a todos aquellos desconocidos compositores a quienes les hayan hurtado sus creaciones y se han vuelto famosas por su letra y melodía se las devuelvan porque no es justo que quienes aparecen firmándolas “reciban indulgencias con camándulas ajenas”.

FABIO FERNANDO MEZA
fafermezdel@gmail.com
2009.10.01

miércoles, 6 de julio de 2011

YA NI SE VERSEA, POLLO RONCO…

Si algo llamaba la atención en las famosas presentaciones de los grandes cantantes vallenatos era su capacidad para versear ininterrumpidamente durante horas, incluso, durante toda su presentación, si le daba la gana. Yo, al menos, me quedaba ahí, parado, con la boca abierta escuchando y mirando como se “daban versos” de tú a tú y sin que se dieran cuenta el sol les salía en plena faena musical. Hoy no dan ganas ni siquiera ir a verlos cantar.

Hoy todo eso lo han olvidado. Recuerdo que Diomedes Díaz, por ejemplo, muchas veces no cantaba las canciones de su extenso repertorio musical, sino que verseaba sin parar, y la gente ni siquiera bailaba embelesada escuchando la rapidez y fluidez mental de este ícono del vallenato. Y cuando se encontraba en tarimas con Poncho o Emiliano Zuleta, quienes ganaban eran los asistentes a tan histórico encuentro porque terminaban haciendo collares inmensos de versos y la gente sentía que había valido la pena pagar tan caro la entrada.

Actualmente se nota a algunos de los llamados Grandes del Vallenato como cansados, como resignados, como aburridos…cuando se suben o bajan de una tarima ya no versean. Por Dios, señores cantantes, si el verso espontáneo es el alma del vallenato y ustedes así lo comprendieron desde que comenzaron en este bello arte. ¿Por qué no versean como ayer?

El último recuerdo que tengo de Diomedes verseando es en la ciudad de Cartagena cuando el rifi-rafe con Iván Zuleta. Me alegró. No que se insultaran como adolescentes, sino que Diomedes se acordara de versear. Pero me desilusionó ver que los versos se los decía alguien que estaba en un rincón de la tarima y el cantante se limitaba a repetirlos. Qué decepción.

Al menos las personas que se dan el lujo de contratar a estos grandes cantantes para sus fiestas particulares pueden escucharlos versear porque ya en presentaciones abiertas esto no se ve. Y pedirle a los llamados Nueva Ola que lo hagan es perder el tiempo. Ellos no saben si quiera que el verso debe tener rima, mensaje fluidez y destinatario que con 4 de ellos se forma una estrofa.

Claro que todavía este bello arte lo cultivan personajes como Luis Mario Oñate quien es muy solicitado junto con Iván Zuleta para que haga las delicias del público que desea extasiarse con y repentismos exquisitos y buenas improvisaciones.

¿Qué le pasó a Diomedes? ¿A Poncho? ¿Por qué no versean en sus presentaciones?. Emilianito es un maestro en esto de la improvisación y quizás él lo haga en las hoy llamadas fiestas privadas. Al menos yo iba a escuchar sus ‘composiciones a la carrera’, sus cantos improvisados ahí ‘al pie de la vaca’… y no se equivocaban, no hacían siquiera un verso malo. Eso era digno de admiración y de trasnocho.

Ahora: se esta presentando un fenómeno muy particular en esto del mundo vallenato. Se nota la diferencia de ciertos grupos cuando les corresponde presentarse a ciertos lugares de la Guajira y del Cesar. Se observa con sorpresa la entrega y el entusiasmo. Allí no improvisan ni hacen lo que quieran. Caminan suavecitos. Cantan. Así de sencillo. Pero cuando van a otros lugares, si van, a veces no quieren cantar, y si lo hacen, es a las carreras porque se tienen que ir para otro sitio.

En las mejores épocas del vallenato las agrupaciones famosas cantaban toda la noche y se los cogía la madrugada regalando versos a sus seguidores. Hoy no han cantado 3 canciones cuando se están despidiendo porque tienen que volar a Leticia y se encuentran en Rio Hacha. ¿Y el fanático que compró la boleta? ¿Ese no merece respeto?. Parece que los cantantes de hoy tuvieran una competencia no por el que cante bien y mejor sino por el que más presentaciones haga en 1 hora. Ese es el respeto de ellos a sus seguidores. Ah… y de versear, nada. No saben. Mejor que no lo hagan para que no hagan el ridículo.

El vallenato debe volver a su esencia, a lo fundamental. Rescatar sus raíces. Los cantantes que instituyeron el verso espontáneo como manera de demostrar su dominio de esta música deben volver a caminar por ese sendero. Deben sentir que el vallenato les fluye por las venas, a sentir que se le hace un nudo en la garganta cuando el otro cantante lo desafía a punta de versos.

Yo deseo volver a escuchar a Poncho Zuleta cantando en cualquier caseta de algún pueblo perdido de la costa como lo hacía ayer: “Yo no me puedo ir de aquí sin hacer un pocón de versos…”

Al menos, para sobrellevar estos momentos de tiempos huérfanos en el verso repentista del vallenato yo me refugio en aquellos videos donde hay dos monstruos dándose golpes a punta de versos: Diomedes y Poncho: “Ay, compadre yo no me callo/ ay compadre deme el caballo/ porque ya compré la silla”. Poncho que no esperaba que el otro termine le responde: “En esta bonita tierra/ que a mí me sirve de halago/ le voy a dar es una yegua/ pa’ que le para todos los años…”. ¿Es mucho pedir que vuelvan al principio…a versear? ¿En cuál basural tiraron esta hermosa costumbre?

Jorge Oñate en una grabación le dice a Emiliano: “ya ni se bebe, Pollo Ronco”. Poncho le dice a su hermano Gallo Papujo, y Rafael Orozco, El Gago de Oro. Tomado la frase de Oñate yo me atrevo a decir: “Ya ni se versea, Pollo Ronco…” Qué tristeza. Y qué pena con el vallenato de hacha y machete. Todo se está acabando, hasta el verso celestial y bien medido, ese que invita a amar más a este folclor. Que vuelva el verso y sus verseadores para que no se pierda la tradición y den ganas de volver a los conciertos, a las casetas, al patio de la casa, a escucharlos

FABIO FERNANDO MEZA
fafermezdel@gmail.com
2011.07.01
2011.07.01

martes, 5 de julio de 2011

SAN FERNANDO TIENE CANDIDATO A LA ALCALDÍA DE SANTA ANA

Y parece que esta situación en vez de unir a los sanfernanderos en una sola voz para salir del hueco en que nos han metido los politiqueros de siempre se ha prestado para dividir más al pueblo. Qué paradoja. Ahora, el candidato sólo ganó el derecho a competir por la alcaldía a nombre del Partido Conservador. Todos los demás sectores tienen su candidato. Hasta el alcalde con su gobierno nefasto.

Pero si algo caracteriza a este pueblo es la falta de consensos para ponerse de acuerdo y tirar todos para el mismo lado. Hay muchos intereses egoístas de por medio para apoyar a alguien que quizá no ofrece lo que ofrecen los otros candidatos en cuestiones burocráticas.

Yo recuerdo que en la página de facebook SOY SANFERNANDERO, se clamaba y reclamaban porque San Fernando tuviera el derecho de participar en las elecciones municipales con candidato propio, y el doctor Bashir Yacub movió cielo y tierra para hacer ese sueño realidad. Hoy cuando se ha cristalizado esa ilusión muchos dicen que apoyan a otros candidatos foráneos amparándose en que estamos en una democracia y cada cual hace lo que le da la gana.

Modestamente creo que es una oportunidad que hay que aprovechar independientemente de cómo se llame o quién sea el candidato de San Fernando, que además ganó su derecho en franca lid a un contendor que contaba con toda la maquinaria de la cabecera municipal. Debemos mirarlo como un representante del pueblo que al fin y al cabo lo que es. Además, el pueblo de Santa Ana jamás ha querido ser gobernada por alguien que no haya nacido en alguna de sus calles. Hasta hoy Santa Ana no ha aceptado apoyar a alguien distinto a sus propios candidatos independientemente de quienes sean, basta con que haya nacido allí.

Hoy cuando San Fernando gana el derecho a tener candidato, obviamente que la cabecera municipal hará todo cuanto esté a su alcance para truncar ese sueño ya que ellos no pueden permitir semejante barbaridad, como lo es ser gobernado por alguien pueblerino nacido en la orilla del barranco de ese pueblo que tiene temple y carácter. Pero lo más triste es que algunos sanfernanderos descalifiquen la labor paciente del doctor Yacub Bermúdez, diciendo que no apoyan al candidato del pueblo.
Si San Fernando pierde esta oportunidad histórica de mostrarse unido, de demostrar que somos capaces de trabajar para una meta en particular, y si pueden más los egoísmos o las rencillas, la hipocresía y la doble moral o las ganas de enriquecerse, entonces estamos jodidos.

Si bien es cierto que cada sanfernandero es libre de hacer con su voto lo que quiera, también en cierto que no tiene derecho a quejarse cuando el pueblo siga patas a arriba gobernado por alguien que no sabe nada de esta población, sólo que sirve únicamente para llevarnos como se arrean las vacas al matadero y votemos por quienes nos indiquen los que se comprometen con los politiqueros de siempre a comprarle votos. Y lo más paradójico es que estos personajes son los que más reclaman por la situación tan paupérrima de San Fernando, cuando ellos han contribuido a ello comprando y vendiendo votos o haciendo campañas para su beneficio particular sin importarle que el pueblo tenga hambre o su calidad de vida cada día camine como el cangrejo. Y pasa algo muy particular en el pueblo: Cuando nombran a alguno de sus hijos profesionales en algún cargo municipal renuncian a su tierra porque se olvidan de dónde son y de toda la problemática del pueblo. No hacen nada por él. Es Más: no vuelven sino cuando se acaba su contrato. Y eso que San Fernando está a un tiro de piedra de la cabecera. Y de los Concejales en general mejor no hablemos.

Muchos sanfernanderos decimos que amamos a este pueblo más que la comida. Que si es el caso daríamos la vida por él. Pero cuando se nos solicita que demuestren tantas bellezas todos nos escondemos y nadie da la cara. Unos, porque tenemos nuestros intereses creados; otros, porque no vamos a cambiar la forma de hacer politiquería si así es como nos hemos enriquecido; otros, porque el peso de nuestros apellidos no nos deja; y otros, porque tenemos un ego más grande que la Ciénaga Grande que ni nosotros mismos cabemos en ellos; y lo más triste: somos campeones del egoísmo. Se nos retuercen las tripas cuando alguien hace algo bueno o descolla en el ámbito local o nacional y no descansamos hasta destruirlo. Qué tristeza.

Ese es San Fernando. Un pueblo que fuera más pueblo si depusiéramos odios y rencores, si nos alegráramos por los logros de los vecinos, por las alegrías ajenas, por las metas cumplidas por el amigo, si fuéramos sinceros y solidarios. Pero no. No vamos a llegar a ninguna parte si se nos carcomen las entrañas cada vez que alguien hace algo o pone en práctica una idea brillante.

Hay un proyecto político que se craneó y gestó una persona recta, responsable, seria y servicial como lo es este ingeniero sanfernandero, y hoy que este profesional lo ha parido y se defiende solo, muchos sanfernanderos dicen que no le caminan sólo porque choca con sus intereses ruines. Así no vamos a llegar ni “al títere”.

Olvidaba decir que el sanfernandero que ganó el derecho de ser candidato a la alcaldía de Santa Ana con el aval del conservatismo es el señor Libardo Bermúdez Navarro, que quiere la oportunidad de demostrar de todo lo que es capaz un sanfernandero con arraigo campesino preparado cuando se lo permiten, y para que no tengamos más excusas nosotros para posponer nuestro progreso o paraa no echarle la culpa a otro si no hace nada por este pueblo cuando esté allá en el Palacio Municipal.

FABIO FERNANDO MEZA