lunes, 17 de octubre de 2011

UNA CUCHARADITA DE AZÚCAR PARA SAN FERNANDO, MAGDALENA…

En San Fernando, Magdalena, la mayoría de sus habitantes, hoy, tienen una manera diferente de pensar. Pero parece que es para mal. Da la sensación de que se ha recrudecido la envidia, el rencor, el chisme, el odio y hasta la venganza.

En mi niñez y en mi adolescencia, gracias a Dios, alcancé todavía a respirar amor, cariño, comprensión, respeto, solidaridad, y hasta una sonrisa o una carcajada por culpa de un cuento, de un chiste, en esta comunidad. Y se sentía todo eso en el ambiente de sus calles llenas de arenas, en cada esquina, en cada callejón, en la simple presencia de su gente, en el follaje de los almendros y de los naranjuelos. Se sentía en esos tiempos no tan lejanos una atmosfera de tranquilidad espiritual donde la gente se hablaba con la gente, donde el liberal sólo era liberal el día de las elecciones, al igual que el militante del partido conservador. El lunes siguiente todo se había superado y no había discordias respetando el resultado electoral cualquiera fuera.

San Fernando era el pueblo más admirado en toda esta vasta región, no solo por la belleza de su paisaje natural si no por el don de sus gentes, el producto de sus sembrados y la amabilidad de sus habitantes. Todo eso cambió y nadie sabe desde cuándo.

Nos hemos vuelto egoístas, perezosos, viciosos, hipócritas y muchas veces, algunas personas acuden al oscuro arte de la brujería o de la hechicería para supuestamente hacer algún daño a alguien que quiera triunfar en algún campo o simplemente porque le da la gana de hacerle daño

Hoy se nota en el rostro de nuestros padres y abuelos una tristeza mal disimulada por el rumbo que ha tomado el pueblo que ellos llevaron a la cumbre del progreso con tanto esfuerzo y solidaridad. Hoy Nadie respeta a nadie, y nadie es capaz de protestar por situaciones que antes no se veían ni en broma y que hoy son ya habituales. Hoy todos volteamos la cara porque nos hemos vuelto insensibles ante el dolor o la necesidad ajena.

En mi niñez y adolescencia todo San Fernando desayunaba, almorzaba y cenaba. Todos nos divertíamos a nuestra manera y con nuestros medios, había respeto en general y la gente madrugaba a trabajar en sus cultivos y contrataban a mucha gente para el mantenimiento de sus fincas. Los paisanos de entonces salían a aventurar para otras partes muchas veces para cambiar de ambiente y no porque en el pueblo no hubiera nada qué hacer.

San Fernando está agonizando. No sólo materialmente sino espiritualmente. Antes el Gobierno no daba nada y todo San Fernando vivía feliz. Hoy que quizá el Estado provee algunas cosas para aliviar ciertos problemas nadie quiere hacer nada.
Hace poco tuve el honor de conversar con el doctor Bashir Yacub y me decía que ya ni los jóvenes se preocupan por el deporte ni la parte cultural. Y se nota con preocupación la falta de compromiso de la Institución educativa en estos temas. Antes en el colegio hacíamos centros literarios cada viernes, había semana deportiva, semana cultural. Y no había ni los medios ni los recursos que hoy hay. Y recuerdo muy bien que a las 7 de la mañana hacíamos una fila por curso en la escuela primaria, rezábamos y cantábamos y todos los días del mes de mayo llevábamos flores a la virgen y se hacían novenas.

Parece que todo eso se fue con la Seño Osiris, la Seño Gloria, La Seño Bertilda y la Seño Enilda. Qué tristeza.

Sí, qué tristeza ver a este pueblo tan aislado entre sus mismos habitantes y la mayoría de las inquinas es por culpa de la mala política, de la corrupción y del manoseo de ciertas personas que se autodenominan líderes.

Antes no teníamos tanto como ahora y parece que vivíamos mejor. Todos éramos amigos de todos, y todos nos colaborábamos para cualquier acción común. Hoy este no se habla con aquel y aquel no se habla con el otro.

El médico Édgar Ruiz me preguntaba si en las noches actuales de San Fernando he visto a los muchachos jugar la lleva o cacho escondido o algunos de esos juegos populares que muchos disfrutamos. Le tuve que responder con tristeza que no. Los muchachos del San Fernando de hoy reparten su tiempo libre entre las esquinas, la televisión y el internet. Esto no es malo ni mucho menos pero parece que se ha vuelto una adicción.

Hay que rescatar todos esos valores, costumbres y calidad de vida que se los ha llevado la corriente para la cieneguita, como dice mi amigo David Ruiz Aguilera; hay que volver a pensar positivo como nuestros ancestros, hay que dejar de lado el egoísmo, actitud que siempre caracterizó a generaciones pasadas y cuyas obras aún persisten. Tenemos que volver a ser amigos, a ser gente, a mirar a lo lejos y sacudirnos de tanta mala fe para que San Fernando vuelva al menos a sonreír y no lo sigamos añorando por lo que fue sino que lo queramos por lo que es. Todo esto lo lograremos si cambiamos nuestra actitud, nuestra forma de pensar, si le ponemos una cucharadita de azúcar a este café amargo a que hoy sabe este pueblo donde tuvimos la dicha de nacer

FABIO FERNANDO MEZA

domingo, 9 de octubre de 2011

QUÉ FALTA DE RESPETO LA DE ‘LOS BETOS’ CON SUS FANÁTICOS

La mayoría de los divorcios o matrimonios en entre los artistas de la música vallenata, dicen, se hacen en la actualidad por conveniencias económicas y no porque se busque calidad interpretativa. Hay un rumor no confirmado por ahí de que los Betos, Villa y Zabaleta, se han vuelto a separar y cada uno anda por su lado.

Hace un año, o más, yo aplaudía esta unión que hacían de nuevo estos grandes artistas con una trayectoria de éxitos. Incluso, les dediqué una nota titulada “EL REQUETERRÉ DE LOS BETOS ES PA’ TODA LA VIDA”, -publicada por el peiodico El Informador de Santa Marta en mi columna dominical Carcaj, y hasta Taryn Escalona le dio cabida en su www.elpaisvallenato.com- donde expresaba la alegría de sus fanáticos de que volvieran a estar juntos, y les solicitaba que fuera para siempre…

Hoy, si es cierto el rumor, están en desbandada. Lo extraño es que en este mundo lleno de medios que informan al segundo, la organización musical no haya emitido algún comunicado tratando de explicarle a sus seguidores cuál es la verdad sobre este supuesto rompimiento.

No es la primera vez que los Betos pelean y tampoco es la primera que se reconcilian. Pero ya está bueno. “Si van a estar colgando mejor es que se caigan”.

Esa mamadera de gallo, si es estrategia publicitaria les quedó mal mis respetados amigos. Además, Los Betos no necesitan de esa vaina. Tienen trayectoria.

Y es que no le estamos pidiendo el favor de que nos expliquen y aclaren los rumores sobre este enésimo rompimiento. Estamos exigiendo que respeten a los seguidores de sus canciones y digan de una vez por todas si están juntos o se van a separar para siempre y si es así que sea para siempre para que sea un solo dolor.

Cosa distinta sería una ruptura musical por problemas de causa mayor de alguno de los dos que les impida seguir en el arte musical. Y uno lo aceptaría complacido. Yo, al menos, lo tengo bien claro: “Los Betos sin Los Betos no son los Betos”.

Cuando se han separado cada uno de ellos hacen cositas por ahí pero no es lo mismo. Ellos deben saberlo y si no lo sabían ya se los estoy diciendo.

Ojalá, si es cierto que están distanciados, cada uno ponga algo de su parte, dobleguen el orgullo y bajen la cabeza por el bien de ellos y el regocijo de sus seguidores.

Ahora, yo no sé si fue por falta de publicidad o de otra estrategia, pero el CD que grabaron al volverse a unir el año anterior es apenas regular, la ventaja de Los Betos es que sus fieles seguidores le perdonan las ‘metidas de pata’ y esperan que el próximo sea mejor, dignos de grandes estrellas vallenatas como lo son ellos.

Otra cosa sería que a esta agrupación musical les importe un carajo lo que sientan sus admiradores de siempre y hagan y deshagan los que les convenga sin pensar en el impacto negativo que generen sus decisiones.

Si tuvieron pantalones para separarse e irrespetar a sus miles de seguidores ojalá los tengan para seguir así, distanciados, y no vengan dentro de 3 meses con su cuento triste anunciando una nueva unión, porque si esto ocurre, por mí, pueden irse al carajo por mucho que siga sus interpretaciones y así me duela. Porque ya está bueno tanta falta de respeto. Y ténganlo por seguro, señores de Los Betos, que no soy el único de sus seguidores que está ofendido con esa actitud. Que les aproveche.

FABIO FERNANDO MEZA

jueves, 29 de septiembre de 2011

LA MINISTRA DE EDUCACIÓN DESCUBRIÓ QUE EN LA COSTA CARIBE ‘LA O ES REDONDA…’

Hace poco estuvo de visita la Ministra de Educación por estas tierras. A lo mejor como no tenía nada que traernos lo único que se le ocurrió decir fue algo que sabemos de sobra quienes estamos preocupados por la pésima educación que se imparte en la Costa, y quienes por este medio lo hemos denunciado más de una vez, particularmente en el departamento del Magdalena: que la educación que se imparte es mediocre.

Esta triste situación se viene presentando desde los tiempos de ‘upa’ y nadie coge ‘ese trompo en la uña’. Somos el ‘hazmereir’ de las otras regiones del país que sí invierten en lo más preciado para ellos como lo es el derecho a una educación acorde a los tiempos actuales. Y lo más satisfactorio para estas regiones que sí le invierten a la educación es que están viendo los resultados en su comunidad educativa que acapara los primeros lugares en cuantas pruebas le hagan. 15 ó 20 años atrás los maestros iban a las aulas de clases muriéndose de hambre y los alumnos le daban una empanada para que no les diera un patatús, y ellos a cambio nos daban lo mejor que tenían guardados en su mente y en su corazón. Hoy su situación laboral, económica, y social les ha mejorado en un 1000%. Ya no pasan hambre.

Pero se han olvidado de lo que es su razón de ser: seguir regalando educación con calidad. Es una paradoja pero así es. Lamentablemente los maestros legendarios que todavía siguen clamando en el desierto sus excelentes formaciones a los discípulos son una inmensa minoría que “no hacen verano”. Hoy parece que a la mayoría de los actuales maestros, principalmente en el Departamento del Magdalena, les importara un carajo si la institución donde laboran presenta el índice más bajo en cuanto a calidad educativa. Ellos dirán que mientras vayan al cajero todos los 28 de cada mes y éste les dé plata, lo otro puede esperar. No, señores profesores, ya sacar a la educación de la modorra en que se encuentra no da espera. Tienen que poner algo de su parte. Aparte de que la mayoría de instituciones educativas se están cayendo o están sostenidas apenas en pie por obra y gracia del Espíritu Santo, los estudiantes salen del colegio con menos enseñanzas de la que tenían cuando entraron y eso sin ahondar en los valores éticos y morales que cada día tiende a cero en la mayoría de los estudiantes

Y eso que en las paredes de las mansiones de los profes no cabe un diploma más certificando que saben hasta ‘arrollar un pescado, coser un pantalón y fritar unas tajadas’ y son expertos en los misterios de esta vida y de la otra. Pero cuando se espera que ellos transmitan toda esa sabiduría a sus discípulos como que les da pereza o se les olvida. Todas esas licenciaturas y especializaciones que dicen tener y certificar parece que sólo es importante para subir grados en el escalafón cuando debería ser para mejorar la calidad educativa de sus alumnos. La educación en el Magdalena, señores profesores, camina como el Santo Sepulcro en la procesión de la Semana Santa en Mompós: un paso para adelante y dos para atrás…

Y la Señora Ministra viene por este rincón y descubre lo que es un secreto a voces: la calidad educativa es un desastre en la costa. Descubrió que ‘la O es redonda’. Debería darle pena a esta funcionaria tener que reconocer esta situación. Y ya que la sabe, Ministra, ¿no piensa hacer nada?

Yo creo que la Secretaría de Educación del Magdalena no sabe cuántos profesores tiene, o en cuáles áreas están especializados, ni cuantos les falta para cubrir muchas vacantes o si tiene demasiados. Ese ente no sabe nada de nada y en cuanto a eficacia y eficiencia está peor que la educación que debe brindar y vigilar.
Compromiso. Eso es lo que falta desde las dependencias que regulan a la educación, incluyendo las famosas direcciones de Núcleo y las rectorías de los respectivos centros educativos hasta los profesores. Pero como en este gremio todos hacen lo que les da la gana, y nadie exige resultados ni pone fechas, ni hay un proyecto serio en cuanto a metas y resultados y el Sindicato pasa de agache, la situación va a empeorar.

La señora Ministra vino, prendió las alarmas y se devolvió y punto. ¿Y dónde están las soluciones? ¿Cuáles son las contingencias, Señora Ministra, para sacar de la mediocridad a la educación de la Costa Caribe y del Departamento del Magdalena en particular? Si va a esperar que sean los mismos funcionarios de la Secretaría quienes le presenten las posibles soluciones se va a quedar esperando y puede quedarse así toda la vida. Ellos lo que le pueden sugerir con su cara de palo es que contrate a las ong’s que no saben un carajo de las necesidades educativas de la región pero son un fuerte fortín para pagar favores políticos y exprimen al pobre maestro que caiga en sus garras y sale peor el remedio que la enfermedad. Solo acá se ve semejante disparate como lo es que el Estado delega a las Ong’s responsabilidades tan delicadas que debe asumir directamente él. ¡Que porquería!. Y me imagino que todo seguirá igual y si cambia en algo será para empeorar. Mientras tanto, sigamos siendo la cenicienta de la educación en el país y que todos los funcionarios responsables en la Secretaría de Educación sigan evadiendo su responsabilidad y dejando como siempre todo para el día domingo, porque a nadie le importa, ¿Cierto, señor Gobernador del Magdalena?

FABIO FERNANDO MEZA

sábado, 10 de septiembre de 2011

UN SENCILLO HOMENAJE CON TODA EL ALMA

Yo no sé cuándo fue. No lo quiero saber. Pero un día leí algo en Soy Sanfernadero algo que me dejó petrificado, sembrado en la silla y que no he podido asimilar, ahí había escrito alguien una noticia que nunca hubiera querido leer: mi profe de quinto de primaria se había ido a dormir el sueño de los que esperan despertar en lo eterno.
Nadie ha podido develar ese extraño misterio del por qué las personas que uno más quiere se nos van y muchas veces no alcanzan siquiera a despedirse y uno queda con una sensación de vacío que nadie ni nada llena.

Yo no sé por qué su familia siempre le dijo Tía Tere. Aunque eso en San Fernando es normal que a todos en nuestro seno familiar nos llamen con un apodo u otro nombre diferente del real o que nos lo regalan y lo traemos enredados en nuestro cordón umbilical. Para mí siempre fue, es y será la Seño Lidia, la profesora que en esas épocas de sueños sin realizar de los estudiantes de quinto se vestía de una manera vanguardista. Siempre estaba a la moda. Y lo más impresionante es que todo lo que ponía le quedaba bien. Yo dentro de las tantas cosas que admiro de ella está su estilo y acierto para vestirse y sacaba a relucir su casta y su estirpe cuando se desplazaba todos los días desde su residencia - ubicada diagonal a la casa de mi abuela Rebeca hasta el colegio de varones que en esa época quedaba en el extremo norte del pueblo que la vio nacer-, por la calle del medio llena de arena y recuerdos paseando su eterna elegancia y su belleza, y más hacía notar los atributos que Dios le dio y lo hacía a propósito cuando comenzaba a caminar todos los días a las 7 de la mañana pero especialmente desde la casa de don Pedro Mejía hasta la de don Jaime Aragón sin importar las consecuencias de su acto rebelde ni qué carajos. Sólo ella sabía el por qué.

La conocí siendo Rectora de la Escuela de Varones y admiraba su capacidad para escribir con la mano izquierda, yo siempre le preguntaba si no se sentía incómoda ‘escribiendo al revés’, y ella me respondía con una carcajada sonora que a veces la hacían llorar y luego me decía que le saludara a mi abuela Rita. En alguno de aquellos sabrosos recreos cuando todos teníamos algo para comer o comprar me dijo algo que hoy recuerdo con tristeza: “algunas mujeres zurdas de mi estirpe árabe somos muy inteligentes pero se van pronto de la vida…”

Había que ver cómo brillaban sus ojos todos los jueves por la tarde cuando se escuchaba por todo el pueblo una sirena encantada desde la última vuelta del río, que para nosotros sólo era un sonido más, pero para ella era un mensaje cifrado que le decía cosas hermosas y se reflejaba en su rostro que se tornaba más bello de lo que ya era.

Yo tengo un defecto: a las personas importantes de mi vida que ya se han ido siempre las recuerdo en sus momentos felices y con la mejor sonrisa y no como estaban al momento de su partida.

Algunas veces al salir de clases al medio día, la Seño Lidia me esperaba y nos veníamos caminando por la calle tercera de norte a sur y me daba ‘un ladito’ en su infaltable paraguas inmenso y lleno de colores, y volvía a pasear su belleza y su personalidad arrolladora bajo ese sol inmisericorde del San Fernando pujante de aquellos días sabrosos. Era entonces cuando ella me repetía lo que me repetía y volvía a repetir cuando caminábamos juntos: que para ella el nombre más lindo de las aves que surcaban el cielo y los montes de aquel pueblo con cosas sin amansar y silvestres todavía, era el de la Oropéndola y me la mostraba con el dedo. Yo le respondía que ese nombre era extraño y difícil de pronunciar y ella volvía a soltar su carcajada.

Pero también debo confesar que cuando nos dejaba tareas a los alumnos de quinto ella misma me las hacía sobre todo los mapas de Colombia y de Iberoamérica porque tenía un talento impresionante para dibujar.

Años de años pasaron por su vida y por la mía y todo en el pueblo cambió. Un día renunció a la dirección del colegio y se fue en busca de un mejor porvenir para ella y para el fruto de una pasión y un amor imposible que pocos fuimos los que comprendimos respetamos y apoyamos. Yo tenía la esperanza que así como había vencido tantos obstáculos hasta en su discreta vida sentimental vencería esa extraña patología que la molestaba en su existir. Pero esta vez fue ella la que sucumbió y cerró para siempre sus ojos de color miel y condescendientes con los que también sonreía.

Se fue la Seño Lidia y con ella muchos de mis recuerdos de estudiante de primaria incluyendo mi extrañeza de que no tuviera nunca una vara de matarratón en sus manos, ni siquiera para amenazarnos como era natural en aquellos tiempos entre las profesoras. Fue un faro para su millón de sobrinos y una mujer digna de emular en todos los sentidos. Seño Lidia, para mí siempre será lunes y siempre que cierre los ojos deseo que el recuerdo suyo que me invada sea el de verla caminando engreída, segura, sonriente y desafiante en su paso para el colegio entre la casa de don Pedro y don Jaime, principalmente.

FABIO FERNANDO MEZA

jueves, 25 de agosto de 2011

KALETH MORALES: EL HIJO QUE NO ESTÁ.

No había entrado muy bien a Valledupar por alguno de los múltiples accesos que la ciudad de la sirena encantada tiene y ya en su casa, su madre, sentía la borrasca de la alegría, del afecto, de la explosión de cariño y ternura, como preludio de que su hijo venía en camino.
Casi siempre llegaba cuando el sancocho estaba hirviendo, y después de abrazar fuertemente a su madre, a su hermanita bonita, y a sus hermanos, y después de preguntar dónde estaba “el viejo”, corría para la cocina destapaba la olla hirviendo y cogía un poquito de todo de lo que en ella había y lo saboreaba como un niño travieso.

Nadie lo recuerda triste. Siempre llevaba consigo una sonrisa contagiosa. Tenía tanto amor en su corazón que le regaló a sus padres y hermanos y le sobraba. Luego se lo dio a la mamá de sus hijos y quedaba todavía. Lo mucho que tenía aún, se los entregó a Samuel Miguel y a Katrín, sus hijos, su razón de ser.

El barrio Primero de Mayo de Valledupar por siempre recordará al niño que decía en la tienda de la esquina cada vez que iba a comprar un boli que quería ser cantante de baladas. El primero que se alegró fue su padre porque quería que sus hijos no tuvieran nada que ver con la música vallenata. Él quería médicos.

Su personalidad se fue formando en el respeto, la humildad y la sencillez que impusieron sus padres en su hogar. Y él como hijo obediente aceptó los designios de Dios y se fue triste una mañana azul para Cartagena a estudiar la carrera que le gustaba a su padre en La Universidad del Sinú. Pero en su mente constantemente flotaban los cantares de Escalona y de Molina.
Al regresar a su casa de vacaciones no solo traía su semestre ganado si no canciones vallenatas de un estilo muy peculiar, acompañado de la guitarra que su padre le regaló para su mundo en la balada romántica. Su padre puso el grito en el cielo y la única promesa que logró arrancarle a su hijo fue la de no abandonar los estudios.

Él tenía motivos suficientes para componer canciones. No era si no recordar cuando muchas veces lo dejaba con la mano tendida la muchacha que no le paraba bolas, el amigo que se iba, las confidencias de los mayores, las intrigas universitarias…

Jamás pensó ser cantante. Sólo que Dios pensaba otra cosa, porque cuando cantó en una parranda de amigos la canción “Vivo en el Limbo”, desechada por todo conjunto a quien se la ofreció se dio cuenta que solo cuando él la cantaba a la gente le llegaba a lo más profundo del corazón. Y como era todo un caballero, se convirtió en cantante sólo por complacer a su creciente fanaticada.

Precisamente estaba en esas en Montería un domingo de arreboles degustando su fama con su derroche de talento y pensando que debía estar en Valledupar el día siguiente para seguir al frente de la producción del trabajo discográfico de su padre. Pero la vida no le alcanzó para tanto porque el ángel de la guarda que siempre le hacía dulce compañía, se quedó dormido cerca de la población de El Difícil, Magdalena.

Todo acabó. Un segundo bastó para que la música vallenata quedara herida de consideración.

La novia sabanera de mi amigo Víctor Velásquez, no le ha perdonado que se haya negado a ir con ella a ver al cantante de la fuerza y de la energía ese domingo en Montería. La simple canción que sonaba hasta en las emisoras de rock no le decía mayor cosa. ¿Quién carajos es ese tipo -le preguntó a su novia- para yo gastarle una entrada? Cuando se dio cuenta de la magnitud de su error ya era demasiado tarde.

¿Quién devela ese misterio, que cuando las cosas están mejores, cuando más queremos a alguien, cuando más necesitamos de algo, cuando vemos que el verano ya pasó, esas cosas se nos van? Solo quedan tristes momentos que nos sirven para llorar y recordar.
La casa Morales-Troya está vacía hace 3 años. La tromba de alegría ya no llega tumbándolo todo, arrasándolo todo, con su ímpetu sin desbravar. Hoy solo hay una familia sin consuelo. La guitarra pregunta todas las tardes dónde está su compadre, y todos hacen silencio como cuando se escucha un vallenato malo.

Hey, Víctor, ¿sabes quién carajos es ese tipo? Ni más ni menos que Kaleth Miguel Morales Troya. La Joven promesa del canto vallenato. El ídolo de multitudes. La lira de oro que se fue un día como hoy sin resentimientos. Rafa Manjarrés dice que Dios pone a los buenos juntos en el cielo. Así será. Y allá está Kaleth.

La Señora Nevis Troya sintió unas tenazas en su garganta cuando un grupo de muchachas del interior del país fanáticas de su hijo hicieron un largo y extenuante viaje a Valledupar sólo para preguntarle: ¿por qué tiene que marcharse, si es nuestro corazón?. ¿Por qué tiene que decirnos adiós?. La mejor respuesta de la madre herida fue el silencio.

El cantante y padre de Kaleth, Miguel Morales, “la Voz”, tuvo que hacer “de tripas corazón”, para tratar de explicarles con el amor de abuelo a sus dos nietecitos que su papá había muerto. “Papá no está”, fue lo que alcanzó a decir antes de abrazarlos y llorar por ellos.
FABIO FERNANDO MEZA.
fafermezdel@gmail.com
Agosto de 2008

sábado, 20 de agosto de 2011

LAS VAINAS RARAS Y CURIOSAS EN EL MUNDO DEL FOLCLOR VALLENATO

Rosendo Romero ese día viernes acababa de plasmar en un casete en blanco y pirata su última inspiración que le había llegado desde más allá de las estrellas. Sin pensarlo dos veces tomó el casete y le pidió a un amigo que ya que iba de Villanueva para Valledupar, le hiciera el favor de llegar a La Paz y le dejara esa grabación de paso al cantor Jorge Oñate, y le dijera que se lo enviaba Rosendo, el hermano de Israel, el del Binomio. Pero el amigo de Rosendo antes de emprender su viaje se le dio por chismosear qué había grabado Rosendo allí sin pedirle permiso a nadie, y luego de escuchar la poesía vuelta canción optó por olvidar el pedido del Poeta de Villanueva y pasó de largo por La Paz derechito a donde vivía quien se estaba abriendo camino en este mundo turbulento del vallenato, el cantor Diomedes Díaz en
Valledupar y se lo entregó. ¿El nombre de la canción? ¡Fantasía!!

A Jorge Oñate le han sucedido cosas curiosas. A parte de lo de “Fantasía”, Iván Ovalle, el laureado compositor y regular abogado le entregó una canción que a Oñate al escucharla no le produjo ni frío ni calor, y Ovalle celebraba por anticipado su segura inclusión en “El Folclor se viste de Gala”, producción de Oñate de comienzos de un año incierto. Salió el disco y no vino nada. Qué vaina! Ovalle desilusionado encontró a un grupo en Barranquilla que quería regalar algo bueno en su primera grabación y le entregó sin grandes expectativas la canción rechazada por Oñate a los Muchachos: “Volver a la Ternura”.

Pero no todo ha sido de esas características para “El Ruiseñor del Cesar”. Fue quien primero creyó en el talento del arquitecto Luis Aniceto Egurrola Hinojosa, cuando por medio de su hermana, la Reina María Teresa, escuchó “Una Aventura Más”, canción que grabó sin tantas vueltas para no repetir la experiencia amarga de “Volver a la Ternura” y le resultó. Además fue Oñate quien animó al maestro Armando Zabaleta para que le compusiera una canción sentida a Freddy Molina, compositor y amigo de ambos y quien acababa de fallecer. Con la inspiración sublime del maestro Zabaleta Guevara y el canto sentimental de Oñate González pasó a la posteridad “No Voy a Patillal”.
El afamado compositor, excelente ser humano, e insuperable amigo de sus amigos, Gustavo Gutiérrez Cabello, hizo algo que nunca había hecho: Pedir el favor de que le grabaran una canción. Pero lo hizo. Le pidió el favor a su amigo del alma, el cantante Rafael Orozco, que incluyera en su disco “Internacional” una canción que le había salido de sus entrañas. Rafa la escuchó y le respondió al compositor que le había gustado pero que le cambiara la letra. Gutiérrez se negó. Se la cantó a Oñate y ni fú ni fá. ‘Beto’ Villa, acordeonero excelso y un caballero en toda la extensión de la palabra, acababa de formalizar su unión con el cantante Poncho Zuleta y quería hacer una grabación que quedara enmarcada con ribetes dorados en la historia vallenata. Escuchó el tema y le impactó. Luego se lo mostró a Poncho y “El Pulmón de Oro” se emocionó tanto que grabó “Mi Niño se Creció” con una entrega, sentimiento y profesionalismo digna de admiración que se siente cuando se le escucha.

A Marciano Martínez le pasó algo similar. Se encontró con “El Cantor Triunfante” y le cantó algo que acababa de salirle del horno. ’Beto’ Zabaleta le dijo que no, que eso era muy llorón y se negó a grabarla. Marciano que no pierde la compostura ante ninguna adversidad, guardó su prenda preciada esperando una oportunidad, y se le presentó vestida de Diomedes Díaz cuando éste le reclamó en broma que si era que no pensaba darle nada para “Título de Amor”. Ahí se acordó Marciano de la canción rechazada por Zabaleta y Diomedes encantado la grabó: “Amarte más no Pude”.

En cambio, antes de morir, ‘Juancho’ Rois le entregó un tema a Los Betos quienes lo estaban ‘pisteando’ en la sala de grabación cuando se produjo el deceso de Rois. Diomedes se enteró y amenazó a Sony de que si Los Betos incluían ese tema en su producción se acababa el mundo. Como era la época en que “El Cacique” era el ‘Niño Consentido’ de Sony, Los Betos sacaron el tema de su disco y “No Comprendo” fue grabada por Diomedes.

Hubo una canción grabada en un casete que vagó por el mundo vallenato durante años sin que nadie se dignara siquiera escucharla. Se trataba de un tema que narraba una vivencia ocurrida en las Sabanas de Bolívar a Julio Cesar Amador. Nadie sabe cómo ese casete casi destruido llegó a las manos de Rafael Orozco, y le impactó tanto la historia cantada al cantor de Becerril que la grabó y aún hoy se escucha esa sentida melodía: “Confesión”.

Adaníes Díaz el cantante Riohachero que acompañaba a Héctor Zuleta, parrandeaba con Marciano Martínez en Maicao y ambos cantaban ‘Juana’ canción de Marciano grabada por Adaníes y Héctor. Como se aproximaba el turno de grabar nuevamente de este grupo, Marciano le cantó una composición inédita. Adaníes se emocionó y dijo: “Esa va, compadrito”. Pero al compositor no le gustó cómo Adaníes interpretaba su obra. Tiempo después Diomedes le dijo que por qué carajos no le había dado nada, que él comenzaba a grabar. Diomedes lo invitó a Valledupar y Marciano cantó. Diomedes hizo lo mismo y le explicó que lo que acababa de cantar era un agradecimiento por tanto honor inmerecido de los amantes del vallenato para con él. Diomedes grabó los temas cantados a capella ese día por los dos: Para mi Fanaticada y La Juntera.

Al año siguiente Diomedes se quedó esperando una canción que su amigo del alma, Marciano, le prometió que sería el éxito de “Con Mucho Estilo”. Esa canción nunca llegó a las manos de Diomedes por culpa de un hermano de Marciano. El compositor que es una persona seria y correcta, sí le había enviado a Diomedes el casete prometido con su hermano, pero éste había escuchado el tema y se dijo que no era digno de ser grabado por El Cacique de la Junta, que la canción “era mala” y optó sin el permiso de Marciano por entregárselo al primer grupo que encontrara en el camino. Fue así como se encontró con Chiche Martínez y Miguel Herrera y les entregó el casete que era para Diomedes y contenía una bomba musical:”Venceremos”.
Cuando el cantautor Marcos Díaz, cometió ‘el error’ de cantar delante de Rafael Orozco, “Me Vieron Llorando”, éste le confesó que la grabaría con o sin su permiso. Marcos, que estaba recién unido a Jesulado Bolaños, le dijo que no. Rafa le ofreció esta vida y la otra pero Marcos quería ser quien la grabara. Fue un éxito esta canción pero Rafa se conformaba con cantarla en sus presentaciones, y a decir verdad lo hace mejor que el autor

Fue “Chema” Corrales quien hizo ‘lobby’ en el Binomio para que escucharan una canción que había compuesto su hermano que estaba estudiando su último año de secundaria. Nadie sabe si por convicción, o por que les gustó, o por complacer a su corista, el afamado Binomio de Oro grabo “Lo Volviste a Hacer” y fue incluida en “Internacional” composición firmada por Fabián Corrales que le abrió las puertas de la fama al hoy odontólogo.

Camilo Namén siempre quiso que su compadre Poncho Zuleta le grabara un merengue que le estaba dando vueltas en la cabeza. Siempre que se encontraban Poncho le prometía a Namén que le enviaría a Iván a su casa para que lo grabara, e Iván nunca fue enviado por Poncho a donde Camilo. En una buena parranda Camilo le cantó su merengue sabroso a Iván Villazón quien lo grabó inmediatamente e hizo de “El Pechiche” un éxito insuperable
Diomedes había comenzado a practicar “El Original” canción firmada por Aurelio Núñez, pero por múltiples razones la grabación se paró. Silvestre escuchó el tema y todos saben lo que pasó después.

Felipe Peláez y Wilfran Castillo, compositores del vallenato contemporáneo no han podido hasta el sol de hoy hacer el sueño que todo compositor desea se le haga realidad: Que Diomedes acepte grabarle las canciones que le envían. Quien sabe si mañana…

FABIO FERNANDO MEZA
fafermezdel@gmail.com

miércoles, 20 de julio de 2011

LA SARNA DE LA MEDIOCRIDAD

En el municipio de Santa Ana, Magdalena, casi desde que se promulgó la ley sobre la elección popular de alcaldes y gobernadores, entre otros, durante la campaña proselitista la única arma que esgrimen los candidatos a estas dignidades es la de la difamación, la de la calumnia, la de las mentiras, la de los improperios, la de los chismes, y si no le encuentran al adversario algo digno para destruirlo moralmente, se lo inventan.

No hay en este municipio carcomido hasta las entrañas por la politiquería y la corrupción un alcalde que haya ganado el favor del elector a base de ideas, de propuestas. Lo han hecho demeritando a quien como él aspira a ser elegido. Lo más triste es que cada vez que hay elecciones para elegir a un alcalde o a un concejal, en el municipio de Santa Ana se recrudecen más las campañas para desprestigiar, para arruinar moralmente al oponente, para difundir chismes que cuarteen la reputación del contendor, y más se ensañan con el aspirante que esté cautivando al elector.

La única guerra que debería existir en la campaña electoral a la alcaldía de Santa Ana debe ser la de las ideas, la de las confrontaciones sanas, públicas. Debe imperar la calidad de las propuestas, de las sugerencias, de las ideas innovadoras. Pero no. Los candidatos sólo se empeñan en degradar al otro, inventar un chisme y hacer correr el rumor entre sus simpatizantes para destruir, no sólo al candidato de la competencia sino de paso a toda su familia.

De ahí que la mayoría de las familias decentes, admiradas y respetadas de cada uno de los pueblos que conforman este municipio, antes, durante y después de la campaña politiquera sucia y baja se declaran enemigas para siempre y por siempre por seguir a uno o a otro candidato a la alcaldía o al concejo municipal. Parece que el fin de los candidatos a la alcaldía y al concejo del municipio de Santa Ana no es la redención de su gente, sino sembrar más odio y rencor entre sus habitantes como si no bastara con todos los sinsabores que ya nos aquejan. Y lo han conseguido. Porque actualmente, por culpa de la politiquería, de intereses particulares por encima del general, ya no se habla el vecino con el vecino, sólo porque yo apoyo a Fulano y aquel a Mengano y se declaran la guerra. Mientras que quien a base de insultos, de chismes de peluquería, de cuentos de esquina, de sembrar la intriga, llega a ser alcalde, deja una estela de odios, amargura, de enemistades perennes que alcanzan hasta a la próxima campaña y que muchas veces alcaldes y concejales siguen atizando para sus propios beneficios.

En época de elecciones de alcalde y concejales, el municipio de Santa Ana debería cambiarse el nombre y llamarse “municipio del Santo Chisme y del Santo Desprestigio”. Porque eso es lo impera en los meses previos al día de elecciones en este municipio, incluso, después. Y mientras tanto, el pueblo sigue muriéndose de hambre, sin esperanzas, sin norte; sin políticas claras que nos saquen del pantano del siglo XVII en el cual actualmente vivimos.

Por lo general elegimos al que más chisme riegue, al que mejor hable mal del otro con el que compite; sí, elegimos al aspirante que se rodee de profesionales del rumor, de profesionales de la calumnia; el que más caro nos pague el voto, y nos olvidamos de escuchar propuestas, muchas veces porque no las hay, y otras, porque la reunión donde reparten tragos, comida y chismes nos está esperando, y claro, para escuchar los nuevos y frescos ataques a la moral del contrincante.

¿Y las propuestas? ¿Dónde están las ideas que nos van a redimir? ¿Es que si X ó Y ganan también gobernarán a base de chismes y de rumores para desprestigiar a quien ose criticarlos?

Escarbar la vida privada hasta lo más íntimo de las personas que desean quitar del camino que conduce a la alcaldía o al concejo es demostrar la estupidez y la limitada capacidad para gerenciar a este municipio. Este es el deporte favorito de los actuales candidatos. No se gobierna dejando una estela de odios y de rencores entre los electores para satisfacer caprichos matreros y bajos. La dignidad humana se respeta por el sólo hecho de que somos seres pensantes.

Tantos, pero tantos son los proyectos que se deben emprender en el municipio de Santa Ana, que un candidato y su equipo de campaña serios si se ponen a estudiarlos y a buscar la manera de llevarlos a la práctica no tiene tiempo para dedicárselo al chisme ni al desprestigio del contendor. Pero parece que no hay candidatos serios a la alcaldía y al concejo. Santa Ana es un municipio que cada día se hunde más en el hueco de la desigualdad social, de la ruina y la desesperanza y ningún candidato a las corporaciones públicas parece querer sacarla de ahí. Sólo les interesa ganar sin importar los métodos, ni las maneras, ni las formas, ni las armas. ¿Quien utilice medios moral y éticamente reprochables para ganar una elección si será buen burgomaestre o buen concejal?
Ojala las actuales y futuras generaciones de todos los rincones de los pueblos que conforman a este municipio no se dejen contagiar de esta sarna: la sarna de la mediocridad

FABIO FERNANDO MEZA
fafermezdel@gmail.com
2011.07.20

LA FAMOSA GARRA VALLENATA

En la población de El Difícil, Magdalena, hay indignación porque según los que saben, La canción “La que quiera irse” del corte séptimo del trabajo discográfico del cantante Diomedes Díaz, y que firma su hermano Rafael, no es de él sino del hijo del legendario Pachito Rada, quien también lleva su nombre, quien la grabó hace más de 40 años con el título de “Dudo que me quieras”. Se ratifica que este es un tema de nunca acabar en nuestra música. Y hay todo un mosaico para refrescar la memoria de que este no es ni será el único caso. He aquí algunos de tantos:

La canción “El Humanitario” que rompe el CD de Sólo Clásicos de Peter, no es de Calixto Ochoa, quien la firma. Esta canción es de un rico hacendado de la población de El Difícil, Magdalena, don José Ospino Hernández; la canción “Mi Salvación” que firma y canta Poncho Zuleta, se dice por la región del Valle que en realidad es de Álvaro Cabas. De igual manera el merengue “Emma González” que canta y firma el mismo cantante, el verdadero padre es Julio Oñate Martínez.

Abel Antonio Villa también firmaba canciones sin saber ni cómo ni cuando fueron inspiradas. Por ejemplo el son “Zoila”, los paseos “El Higuerón”, “Amalia Vergara”, “Soy de la Montaña”, “Isabel Martínez”, “La Camaleona”, son en realidad canciones de José Antonio Serna, Sebastián Guerra, Rafael Almeida, Antonio Llerena, Germán Serna y Leandro Díaz, respectivamente.

El popular José Maestre, “Joseíto”, de San Juan del Cesar, sostiene que la canción la Historia que firma el desaparecido maestro Escalona es de un Sanjuanero: Rafael Ramón.

Alejo Durán firma “Alicia Adorada” y “Sielva María” sin ser autor de esas canciones. Sus autores reales son Juancho Polo Valencia y Germán Serna. La canción "Altos del Rosario" es la música de "Los Guayabos de Manuela" de autoría de Pacho Rada. Alejandro Durán lo reconoció más tarde y para reparar el daño, grabó también "los Guayabos de Manuela".


La autoría de la canción “De Mi Propia Raza”, que firma y canta Diomedes Díaz, es reclamada por un músico venezolano. De la canción "El turpial" que aparece bajo la firma de Diomedes Díaz y que grabó su hijo Rafael Santos, el compositor caleño Mario Fonseca dice que él es su creador. Pero también confiesa sin vergüenza que él se la vendió en un millón de pesos al cantante Diomedes.

Nelson Armesto Echavez, reclama la paternidad de la canción “Ayer y Hoy” grabada por los Hermanos Lora y que fue éxito por allá por el año de 1985 y aparece firmada por Juan Carlos Lora.

El merengue “Juana Bautista” grabado por los Hermanos Zuleta y por los Hermanos López no es de Tobías Enrique Pumarejo, sino de Andrés Montúfar.

Pero hay excepciones. Hay en la confraternidad del vallenato lo que puede llamarse “robo consentío” y sucedió con la canción “El Indio Manuel María” cuyo autor es Escolástico Romero, papá de Israel. Pero en una parranda que él sostenía con su compadre Emiliano (era padrino de Emilianito) a éste le gustó la canción y ofreció comprársela. El patriarca tuvo un gesto noble: “compa, se la regalo”. Y desde entonces aparece con la firma del viejo Emiliano.

Felipe Peláez reclama la autoría de la canción “Ahí viene ahí va” que firma y canta Silvestre Dangond.

La famosa canción “Grito Vagabundo” que firma Guillermo Buitrago en realidad es de la autoría de Ventura Díaz Ospino, un hijo de El Difícil, Magdalena.
Esteban Montaño, músico de Santa Marta, siempre reclamó la autoría de la canción “Cumbia Cienaguera”” que firma Luis Enrique Martínez.
Un músico de Barrancabermeja reclama ser el autor de la canción “Cuidado con Judas” que firma Dagoberto Osorio y grabó Silvestre Dangond

Se dice también que algunas de las canciones que firma Fabio Zuleta Díaz, en realidad eran de Héctor, su hermano. En fin. Esto de reclamos de derecho de autor tiene tanto de largo como de ancho, porque a decir verdad también se da el caso de que el autor original vende la canción y cuando ve que es éxito comienza a reclamar con patadas de ahogado cuando ya para qué...

Hay autores que no reclaman. Por ejemplo, el ganadero de El Difícil dice que “él no necesita de esa vaina”. Otros, todavía libran batallas legales para que se les reconozca la autoría; otros, nunca reclamaron nada; otros, sí han ganado la batalla jurídica y en los créditos de las respectivas canciones cuando se hacen nuevos tirajes aparece la corrección y Sayco les cancela sus regalías. Por ejemplo, las canciones que en realidad son de Germán Serna y la canción “La Víspera de Año Nuevo” que antes aparecía firmándola Guillermo Buitrago, quien la canta, y es en realidad de Tobías Enrique Pumarejo, como actualmente aparece, entre otras.

Ojalá a todos aquellos desconocidos compositores a quienes les hayan hurtado sus creaciones y se han vuelto famosas por su letra y melodía se las devuelvan porque no es justo que quienes aparecen firmándolas “reciban indulgencias con camándulas ajenas”.

FABIO FERNANDO MEZA
fafermezdel@gmail.com
2009.10.01

miércoles, 6 de julio de 2011

YA NI SE VERSEA, POLLO RONCO…

Si algo llamaba la atención en las famosas presentaciones de los grandes cantantes vallenatos era su capacidad para versear ininterrumpidamente durante horas, incluso, durante toda su presentación, si le daba la gana. Yo, al menos, me quedaba ahí, parado, con la boca abierta escuchando y mirando como se “daban versos” de tú a tú y sin que se dieran cuenta el sol les salía en plena faena musical. Hoy no dan ganas ni siquiera ir a verlos cantar.

Hoy todo eso lo han olvidado. Recuerdo que Diomedes Díaz, por ejemplo, muchas veces no cantaba las canciones de su extenso repertorio musical, sino que verseaba sin parar, y la gente ni siquiera bailaba embelesada escuchando la rapidez y fluidez mental de este ícono del vallenato. Y cuando se encontraba en tarimas con Poncho o Emiliano Zuleta, quienes ganaban eran los asistentes a tan histórico encuentro porque terminaban haciendo collares inmensos de versos y la gente sentía que había valido la pena pagar tan caro la entrada.

Actualmente se nota a algunos de los llamados Grandes del Vallenato como cansados, como resignados, como aburridos…cuando se suben o bajan de una tarima ya no versean. Por Dios, señores cantantes, si el verso espontáneo es el alma del vallenato y ustedes así lo comprendieron desde que comenzaron en este bello arte. ¿Por qué no versean como ayer?

El último recuerdo que tengo de Diomedes verseando es en la ciudad de Cartagena cuando el rifi-rafe con Iván Zuleta. Me alegró. No que se insultaran como adolescentes, sino que Diomedes se acordara de versear. Pero me desilusionó ver que los versos se los decía alguien que estaba en un rincón de la tarima y el cantante se limitaba a repetirlos. Qué decepción.

Al menos las personas que se dan el lujo de contratar a estos grandes cantantes para sus fiestas particulares pueden escucharlos versear porque ya en presentaciones abiertas esto no se ve. Y pedirle a los llamados Nueva Ola que lo hagan es perder el tiempo. Ellos no saben si quiera que el verso debe tener rima, mensaje fluidez y destinatario que con 4 de ellos se forma una estrofa.

Claro que todavía este bello arte lo cultivan personajes como Luis Mario Oñate quien es muy solicitado junto con Iván Zuleta para que haga las delicias del público que desea extasiarse con y repentismos exquisitos y buenas improvisaciones.

¿Qué le pasó a Diomedes? ¿A Poncho? ¿Por qué no versean en sus presentaciones?. Emilianito es un maestro en esto de la improvisación y quizás él lo haga en las hoy llamadas fiestas privadas. Al menos yo iba a escuchar sus ‘composiciones a la carrera’, sus cantos improvisados ahí ‘al pie de la vaca’… y no se equivocaban, no hacían siquiera un verso malo. Eso era digno de admiración y de trasnocho.

Ahora: se esta presentando un fenómeno muy particular en esto del mundo vallenato. Se nota la diferencia de ciertos grupos cuando les corresponde presentarse a ciertos lugares de la Guajira y del Cesar. Se observa con sorpresa la entrega y el entusiasmo. Allí no improvisan ni hacen lo que quieran. Caminan suavecitos. Cantan. Así de sencillo. Pero cuando van a otros lugares, si van, a veces no quieren cantar, y si lo hacen, es a las carreras porque se tienen que ir para otro sitio.

En las mejores épocas del vallenato las agrupaciones famosas cantaban toda la noche y se los cogía la madrugada regalando versos a sus seguidores. Hoy no han cantado 3 canciones cuando se están despidiendo porque tienen que volar a Leticia y se encuentran en Rio Hacha. ¿Y el fanático que compró la boleta? ¿Ese no merece respeto?. Parece que los cantantes de hoy tuvieran una competencia no por el que cante bien y mejor sino por el que más presentaciones haga en 1 hora. Ese es el respeto de ellos a sus seguidores. Ah… y de versear, nada. No saben. Mejor que no lo hagan para que no hagan el ridículo.

El vallenato debe volver a su esencia, a lo fundamental. Rescatar sus raíces. Los cantantes que instituyeron el verso espontáneo como manera de demostrar su dominio de esta música deben volver a caminar por ese sendero. Deben sentir que el vallenato les fluye por las venas, a sentir que se le hace un nudo en la garganta cuando el otro cantante lo desafía a punta de versos.

Yo deseo volver a escuchar a Poncho Zuleta cantando en cualquier caseta de algún pueblo perdido de la costa como lo hacía ayer: “Yo no me puedo ir de aquí sin hacer un pocón de versos…”

Al menos, para sobrellevar estos momentos de tiempos huérfanos en el verso repentista del vallenato yo me refugio en aquellos videos donde hay dos monstruos dándose golpes a punta de versos: Diomedes y Poncho: “Ay, compadre yo no me callo/ ay compadre deme el caballo/ porque ya compré la silla”. Poncho que no esperaba que el otro termine le responde: “En esta bonita tierra/ que a mí me sirve de halago/ le voy a dar es una yegua/ pa’ que le para todos los años…”. ¿Es mucho pedir que vuelvan al principio…a versear? ¿En cuál basural tiraron esta hermosa costumbre?

Jorge Oñate en una grabación le dice a Emiliano: “ya ni se bebe, Pollo Ronco”. Poncho le dice a su hermano Gallo Papujo, y Rafael Orozco, El Gago de Oro. Tomado la frase de Oñate yo me atrevo a decir: “Ya ni se versea, Pollo Ronco…” Qué tristeza. Y qué pena con el vallenato de hacha y machete. Todo se está acabando, hasta el verso celestial y bien medido, ese que invita a amar más a este folclor. Que vuelva el verso y sus verseadores para que no se pierda la tradición y den ganas de volver a los conciertos, a las casetas, al patio de la casa, a escucharlos

FABIO FERNANDO MEZA
fafermezdel@gmail.com
2011.07.01
2011.07.01

martes, 5 de julio de 2011

SAN FERNANDO TIENE CANDIDATO A LA ALCALDÍA DE SANTA ANA

Y parece que esta situación en vez de unir a los sanfernanderos en una sola voz para salir del hueco en que nos han metido los politiqueros de siempre se ha prestado para dividir más al pueblo. Qué paradoja. Ahora, el candidato sólo ganó el derecho a competir por la alcaldía a nombre del Partido Conservador. Todos los demás sectores tienen su candidato. Hasta el alcalde con su gobierno nefasto.

Pero si algo caracteriza a este pueblo es la falta de consensos para ponerse de acuerdo y tirar todos para el mismo lado. Hay muchos intereses egoístas de por medio para apoyar a alguien que quizá no ofrece lo que ofrecen los otros candidatos en cuestiones burocráticas.

Yo recuerdo que en la página de facebook SOY SANFERNANDERO, se clamaba y reclamaban porque San Fernando tuviera el derecho de participar en las elecciones municipales con candidato propio, y el doctor Bashir Yacub movió cielo y tierra para hacer ese sueño realidad. Hoy cuando se ha cristalizado esa ilusión muchos dicen que apoyan a otros candidatos foráneos amparándose en que estamos en una democracia y cada cual hace lo que le da la gana.

Modestamente creo que es una oportunidad que hay que aprovechar independientemente de cómo se llame o quién sea el candidato de San Fernando, que además ganó su derecho en franca lid a un contendor que contaba con toda la maquinaria de la cabecera municipal. Debemos mirarlo como un representante del pueblo que al fin y al cabo lo que es. Además, el pueblo de Santa Ana jamás ha querido ser gobernada por alguien que no haya nacido en alguna de sus calles. Hasta hoy Santa Ana no ha aceptado apoyar a alguien distinto a sus propios candidatos independientemente de quienes sean, basta con que haya nacido allí.

Hoy cuando San Fernando gana el derecho a tener candidato, obviamente que la cabecera municipal hará todo cuanto esté a su alcance para truncar ese sueño ya que ellos no pueden permitir semejante barbaridad, como lo es ser gobernado por alguien pueblerino nacido en la orilla del barranco de ese pueblo que tiene temple y carácter. Pero lo más triste es que algunos sanfernanderos descalifiquen la labor paciente del doctor Yacub Bermúdez, diciendo que no apoyan al candidato del pueblo.
Si San Fernando pierde esta oportunidad histórica de mostrarse unido, de demostrar que somos capaces de trabajar para una meta en particular, y si pueden más los egoísmos o las rencillas, la hipocresía y la doble moral o las ganas de enriquecerse, entonces estamos jodidos.

Si bien es cierto que cada sanfernandero es libre de hacer con su voto lo que quiera, también en cierto que no tiene derecho a quejarse cuando el pueblo siga patas a arriba gobernado por alguien que no sabe nada de esta población, sólo que sirve únicamente para llevarnos como se arrean las vacas al matadero y votemos por quienes nos indiquen los que se comprometen con los politiqueros de siempre a comprarle votos. Y lo más paradójico es que estos personajes son los que más reclaman por la situación tan paupérrima de San Fernando, cuando ellos han contribuido a ello comprando y vendiendo votos o haciendo campañas para su beneficio particular sin importarle que el pueblo tenga hambre o su calidad de vida cada día camine como el cangrejo. Y pasa algo muy particular en el pueblo: Cuando nombran a alguno de sus hijos profesionales en algún cargo municipal renuncian a su tierra porque se olvidan de dónde son y de toda la problemática del pueblo. No hacen nada por él. Es Más: no vuelven sino cuando se acaba su contrato. Y eso que San Fernando está a un tiro de piedra de la cabecera. Y de los Concejales en general mejor no hablemos.

Muchos sanfernanderos decimos que amamos a este pueblo más que la comida. Que si es el caso daríamos la vida por él. Pero cuando se nos solicita que demuestren tantas bellezas todos nos escondemos y nadie da la cara. Unos, porque tenemos nuestros intereses creados; otros, porque no vamos a cambiar la forma de hacer politiquería si así es como nos hemos enriquecido; otros, porque el peso de nuestros apellidos no nos deja; y otros, porque tenemos un ego más grande que la Ciénaga Grande que ni nosotros mismos cabemos en ellos; y lo más triste: somos campeones del egoísmo. Se nos retuercen las tripas cuando alguien hace algo bueno o descolla en el ámbito local o nacional y no descansamos hasta destruirlo. Qué tristeza.

Ese es San Fernando. Un pueblo que fuera más pueblo si depusiéramos odios y rencores, si nos alegráramos por los logros de los vecinos, por las alegrías ajenas, por las metas cumplidas por el amigo, si fuéramos sinceros y solidarios. Pero no. No vamos a llegar a ninguna parte si se nos carcomen las entrañas cada vez que alguien hace algo o pone en práctica una idea brillante.

Hay un proyecto político que se craneó y gestó una persona recta, responsable, seria y servicial como lo es este ingeniero sanfernandero, y hoy que este profesional lo ha parido y se defiende solo, muchos sanfernanderos dicen que no le caminan sólo porque choca con sus intereses ruines. Así no vamos a llegar ni “al títere”.

Olvidaba decir que el sanfernandero que ganó el derecho de ser candidato a la alcaldía de Santa Ana con el aval del conservatismo es el señor Libardo Bermúdez Navarro, que quiere la oportunidad de demostrar de todo lo que es capaz un sanfernandero con arraigo campesino preparado cuando se lo permiten, y para que no tengamos más excusas nosotros para posponer nuestro progreso o paraa no echarle la culpa a otro si no hace nada por este pueblo cuando esté allá en el Palacio Municipal.

FABIO FERNANDO MEZA

jueves, 30 de junio de 2011

RAMONCITO

Nadie se dio cuenta cuándo creció Ramoncito. Aunque no ha dejado de decir ‘Dejémonos de Vainas… ¿sí?’ La diferencia es que hoy lo escribe cada fin de “semana” (aunque a mediados de los 80’ cuando estaba con su papá, Moncho, con su madre, Renata, sus hermanas, Margarita y Teresita, lo decía todos los viernes por la noche en el programa de televisión del mismo nombre él o cualquiera de su familia peculiar).

Ramoncito se creció, y con él sus miedos, su timidez. Sus fantasmas infantiles lo persiguen convertidos en protagonistas del acontecer nacional que combate diciendo lo que normalmente no escribiría. Es un rebelde a su manera: estuvo un tiempo perdido pero reapareció en famosas revistas escribiendo lo que él llama caricatura escrita, mofándose de todo lo que le dé la gana porque tiene licencia para eso emanada del ministerio de la vaina y vaina, donde nada tiene que ver el caldo con las tajadas.

Ramoncito no cree en nada ni en nadie. Es ateo. Pero un día irá donde una pitonisa quien le dirá que se casará, que tendrá dos hijas que le van a preguntar que si él alguna vez dirigió una revista especializada en desvestir famosas y a él se le formará un nudo en la garganta para responder que esas “son vainas de la oposición”. La quiromántica gitana le dirá que ve en la palma de su mano que leerá de cabo a rabo las columnas interminables de Fernando Londoño, que será un fanático seguidor de un intelectual asesor de un presidente que cogió la constitución del país y la zarandeó al derecho y al revés.

Ramoncito ha crecido físicamente pero en todo lo demás sigue en el vientre de Renata. Nada le gusta, todo le imputa, todo le hiede y nada le huele. Parece un futbolista frustrado o un hincha cuyo equipo se queda a mitad de camino siempre…Es famoso por sus escritos y por dirigir una revista y escribir en otra de la misma casa editorial, por ser hijo de “Moncho”, el periodista, por irrespetuoso, porque nadie le dijo jamás que a la gente por ser gente, a veces, hay que respetarla, y no joderla restregándole en cara sus defectos íntimos que para ellas son las únicas cualidades dignas de mostrar.

Quizá nadie le dijo a Ramoncito, ni siquiera Moncho, que nadie tiene la culpa de tener tantos defectos morales ni mentales, de lo que él se deleita a gusto y se lame los dedos, ¿Qué dirá Renata?. Creo que él medio respeta y medio escucha es a Josefa, la muchacha del servicio doméstico de su casa.

Ramoncito domina regular el español, remeda mal a los paisas, practica la redacción cada que escribe para ver si algún día aprende y se burla de todo lo que no sea “Bogoteño”. Sabe que se lo van a aplaudir sin remedio el domingo por la mañana y que le estropeará el almuerzo a muchos otros y el precio que está pagando es aislarse cada día más de esa sociedad elitista y arribista a la que él tanto detesta y a la que, paradójicamente, pertenece por obra y gracia del Espíritu Santo, (Moncho), solo para poder seguir haciendo lo que le gusta: joder a los demás con su mala bilis.

La tía Loly todos los domingos pone el grito en el cielo y Ramoncito ya no le hace caso ni al costeño Ramiro, carajo, y mucho menos respeta sus canas. Es que Ramoncito no conjuga ese verbo. Quizás nunca lo ha hecho porque eso sería ser del montón. Y Ramoncito no es del montón: es de SoHo.

Ramoncito es inmune a todo. No sufre ni de uñero. Sólo le da gripa cuando pierde el Santa Fe. Es el mamagallista que dicta jurisprudencia cada fin de semana en cómo es que se debe mirar a quienes hacen tanto por el país que nunca hacen nada que valga la pena sólo regalan argumentos para una caricatura escrita.

Ramoncito sólo tiene dos amigos: un perro, el ‘Pincher Arias’; y un lagarto, ‘Roy’. Mejores amigos no hay.

Detesta, Ramoncito, las reuniones sociales porque quizá no soporta el vaho de su propia timidez representados en la gente que lo rodearía en esos lugares exclusivos y que no le pedirían autógrafos sino más de una explicación. Pero si esos son los sitios perfectos para exorcizar tus miedos reprimidos, ‘cabezón’, o tu impotencia por no ver a este pútrido país como él lo soñó cuando era feliz e indocumentado; y que no fuera país si Ramoncito no le revuelve el estómago recordándole que aquí nada ni nadie sirve para un carajo, sólo para salir retratado en sus columnas sostenidas por los cimientos del poder de su propio y rancio apellido que hasta presidente tuvo: Vargas.

FABIO FERNANDO MEZA
fafermezdel@gmail.com
20.06.2011

LA TAREA DEL PROFESOR CAAMAÑO

"Por ahí estuvo el profesor Caamaño, buscándote". Esas eran las palabras que periódicamente me decía la seño Gloria, mi madre, las veces que yo estaba por el pueblo. Últimamente el profesor y yo no nos volvimos a ver. Quizás, porque nunca encontré el camino para visitarlo en su casa fresca de palma, o porque siempre voy de prisa y me concentro en otras cosas.

El profesor Gonzalo Caamaño García, fue el directo responsable de que hoy numerosos profesionales lo sean. Se dedicó a la enseñanza toda su vida. Primero, como profesor de primaria, y luego, como fundador y rector de un colegio de bachillerato que todavía existe en San Fernando, Magdalena; San José, lo bautizó. Fue un promotor incansable de muchas obras sociales que aún hoy nos acompañan, y de las que él fue protagonista. El profesor Caamaño se preocupó hasta el último de sus días porque quienes abandonábamos su colegio por culminar nuestros estudios, fuéramos dignos representantes de esa tierra "donde quiera pusiéramos la huella". Deben tener “vergüenza de patria chica”, nos decía a menudo.

Yo lo recuerdo con mucho cariño. En una ocasión cuando yo atravesaba por un momento difícil de mi vida por haber perdido a alguien muy importante para mí y de lo que todavía no me he recuperado, se me acercó y me dijo al oído: "de ahora en adelante, lo voy a llamar por su segundo nombre para no atormentarlo".

Cuando su colegio estaba falto de profesores, que era la mayoría de las veces, él suplía esas faltas impartiéndonos verdaderas cátedras. A mi, particularmente, me gustaba asistir a sus clases de ortografía los miércoles a las dos de la tarde. Uno de esos miércoles, cuando estábamos próximos a salir a vacaciones de fin de año me dejó una tarea para la clase siguiente.

Por muchas circunstancias las clases de ortografía se suspendieron, después nos graduamos de noveno y cada quien tomó caminos diferentes. Mi investigación quedó en veremos. El profesor Caamaño nunca olvidó que me había impuesto una misión y yo no me había reportado. Por eso, cada vez que le decían que yo estaba en el pueblo, se acercaba a mi casa a preguntar por "el joven" como también me decía.
Una tarde calurosa de diciembre lo vi caminar por todas y cada una de las cinco calles largas, arenosas y misteriosas de San Fernando, en compañía del médico Edgar Ruiz Aguilera, otro de sus antiguos y admirados discípulos. Caminaron toda la noche hablando de todo.

Esa tarde al verlo a lo lejos volví a recordar la tarea que me había dejado mucho tiempo atrás. Con remordimientos de conciencia fui donde el profesor de Español y Literatura, Ramón Delgado Caicedo -el mismo que alguna vez me montó en su bicicleta clásica de mil batallas llevándome a su casa para que leyera las novelas ejemplares de Cervantes-, y me hizo la caridad de decirme la tarea.

El profesor Caamaño vivía solamente para el bienestar de los demás. Poco se preocupaba por él. Aún después de retirarse de su labor como docente vivía preocupado por la calidad de la educación que se impartía en aquel colegio que alguna vez él fundó.

El profesor Caamaño, quizás pensó que me olvidé de él apenas salí de su respetable institución. Pues no. En mi pecho no cabe el olvido. Y menos, cuando en una tarde sin arreboles de su vida, me escogió para acompañarlo en sus largas, famosas y frecuentes caminatas por el pueblo cuando iba muriendo el sol. En esa ocasión me dijo: “Joven, le tengo fe”. Esa confesión me dejó petrificado.

Me quería dar un patatús las pocas veces que me encontraba al profesor Caamaño en el camino de Batatal cuando él amanecía con ganas de respirar aire puro. Era entonces cuando se montaba en un caballo prestado, se ponía su sombrero vueltiao y se vestía mejor que cuando el obispo llegaba a visitarlo. Toda esa ceremonia para ir un ratico a su pequeña finca, la convertía el profesor Caamaño en un rito que demoraba seis meses de preparación. Él no me veía cuando nos cruzábamos en el camino porque estaba extasiado de tanto paisaje hermoso que se podía ver a lo largo del camino y yo podía respirar tranquilo.

Ya con la respuesta en mi poder siempre quise buscar al profesor Caamaño para dársela, pero nunca lo hice. Primero era porque no la tenía; y cuando la conseguí al fin, pensé, sin razón, que era demasiado tarde. Poco después de la muerte de este insigne personaje de San Fernando, fui al pueblo y en una conversación familiar terminamos hablando de los recuerdos de esta persona que junto a la seño Gloria, tienen el record de poseer el mayor numero de ahijados de toda esa próspera región. Entonces me acordé. Le pregunté a Isyo en qué parte del cementerio estaba la tumba del profesor. Fui allá y me acerqué.

Como en aquellas épocas de clases le respondí a su tarea de pie, con las manos extendidas a lo largo del cuerpo, sacando pecho, levantando la cabeza como él nos había enseñado: "profesor, buenas tardes, los dos punticos que se le colocan a la letra U encima para que suene, se llaman Crema o Diéresis". Me quedé un momento esperando que me volviera a decir: "muy bien joven, seguro que esa respuesta la encontró en el Almanaque Mundial de su papá". Pero no, esta vez su palmadita en mi hombro fue el silencio.

Salí triste de ese santo lugar pero olvidé decirle, que desde su partida, las misas dominicales en el pueblo ya no son iguales, porque en el momento de la elevación, ya no se escucha el tañer de las campanas como solo él sabía hacerlo: de una manera magistral.

La cura de burro que me he impuesto para redimir mi falta, es que en honor al profesor Caamaño, cada vez que tengo la oportunidad de escribir, trato en lo posible, de utilizar palabras que tengan esos dos punticos sobre la letra U.

FABIO FERNANDO MEZA
fafermezdel@gmail.com

miércoles, 22 de junio de 2011

CARAJO…

Los directores de los partidos politiqueros de Colombia no han hecho, no hacen, ni harán nada por convertir en hechos sus palabras hipócritas como que van a dar sus avales a personas prístinas, intachables y de un pasado vertical y transparente. Mentirosos…embusteros. Dicen tanta mentira en este tema de los avales que parecen políticos.

Aquí en el departamento del Magdalena es quizá donde se palpa con mayor nitidez la ineficacia y la torpeza de esos directorios porque le dan su aval a todo el que se los pida sin preguntar siquiera cómo se llama la persona. ¿Por qué no los rifan mejor?

Todos, pero todos sin excepción, los directores de los partidos, hablan basura, babosadas, paja, por los medios de comunicación gritando que todo lo tienen controlado, que todo está en orden, que no hay nada que temer. Que nadie con asomos de pasado oscuro se les colará. Tantas mentiras que ya ninguno de esos directores no tiene espacio para crecerle más la nariz por hacer alarde de su condición de congresista. Y los otros directores que todo lo miran desde la lúgubre capital nos meten cada vez que les da la gana el dedo a la boca diciendo que sus candidatos son más vírgenes que sus propias abuelas.

Pero nosotros somos los únicos culpables. Los magdalenenses. Si hiciéramos un mínimo gesto de repudio departamental nada de esto pasaría. Tenemos antecedentes tristes con 3 gobernaciones donde quienes la han liderado no han terminado su periodo, pero como el poder es tan meloso, tan bajo, tan matrero, se forma una rueda cíclica que da vueltas porque los mismos personajes oscuros la empujan a través de sus amigos o familiares. La vaina es que hay que seguir robando y saqueando al departamento así sea por interpuestas personas.

Según la politóloga Claudia López, al parecer, hay candidatos o personas que los respaldan que son apoyados por los mismos apellidos que han arruinado a nuestro departamento. Pero ellos saben que todo se arregla o se olvida con tragos, camisetas y un sancocho en cada reunión politiquera o el día de las elecciones. Es que aquí en el Magdalena todos somos así: estúpidos y olvidadizos, y ellos, los corruptos de siempre, lo saben de sobra que tenemos cerebro de gallina.

Debería darles vergüenza a los responsables de los directorios politiqueros desde el municipal para arriba, al predicar pero no aplicar tantos mamotretos de reglas y normas y no sé qué más pendejadas que rigen a estos conjuntos de partidos y que no son capaces siquiera a de aplicárselas ellos mismos y mucho menos para dar avales a personas de 2 en conducta.

Parece que lo que verdaderamente le interesa a los directorios politiqueros es que gane el que sea y salga a los medios a darle las gracias al partido que lo avaló y demostrar su director que hizo bien la tarea y pueda salvar su puesto y seguir como director del partido

Esperamos acciones enérgicas (¿?) de Rafael Pardo, Juan Lozano, Varón Cotrino, y de todo ese largo etcétera de presidentes o responsables de los partidos donde se esconde la politiquería colombiana, o al menos que se pronuncien… ¿pero para qué pronunciarse si nadie les hace caso?

Seguro se pronunciarán y se rasgarán sus vestiduras cuando el daño en el Magdalena ya esté hecho. Simplemente porque ningún ineficaz responsable de los miles de partidos que existen se han tomado el trabajo de investigar al derecho y al revés a las personas que solicitan su apoyo para ver si son dignos de llevar su representación. ¿Es mucho pedir?

Una partida de sinvergüenzas es lo que son porque si aplicaran un poquito eso de que están depurando los partidos tendrían que empezar responsabilizándose hasta penalmente por apoyar en este departamento a personas que ni siquiera la conciencia los deja dormir y a algunas los muertos le halan la pata por las noches clamando justicia.
¿Pero qué c
uenta pueden darse los señores directores de los directorios o partidos? Si están allá, lejos de la costa, con los pies montados en los escritorios y los brazos cruzados porque no hayan más que hacer, mientras en el Magdalena la corrupción quiere volver al Tayrona enmascarada de millones de formas convertidas en diversos candidatos de todos los colores, olores y sabores

El Magdalena a lo mejor volverá a elegir a alguien que sólo estará gobernando 6 meses libre y el resto lo hará desde la Picota, al fin y al cabo ese ha sido el común denominador de los últimos tiempos. Y cuando todo eso pase los que le dieron el aval al fulano ladrón voltearán la cara para otro lado para no ahogarse en sus propios excrementos y no ver el tamaño enorme del daño que nos han hecho hasta que el escándalo sea desplazado por otro. Ese es el Magdalena. Y todo el mundo politiquero dirá que aquí no ha pasado nada y que son tan transparentes que todo se lo dejan a la justicia divina…esa que nunca opera.

FABIO FERNANDO MEZA
fafermezdel@gmail.com
22.06.2011

miércoles, 8 de junio de 2011

AY BONITA….

Si fueras de San Fernando, Magdalena, mujer, seguro que tu paisana, Rosa ‘Perfume’, al tú comentarle todo ese rollo por el que estás pasando de lo del robo del AIS, de que estás ad portas de posiblemente entrar a unas vacaciones forzosas como dijo cuando lo encerraron El Padrino de Mario Puzo, de lo de tu ex novio, y todo ese bochornoso Fuepa Je de las fincas cortadas en cuadrículas como los cuadernos de geometría para acceder a créditos múltiples no reembolsables por familias prístinas del Magdalena, seguro te hubiera respondido en sanfernandero limpio: “pero tú si estás jodida, óyeme…cómo es posible que estés tan ciega y sorda…carajo…pero tú si estás grave…y seguro remataría su diatriba aseverando crudamente: ¿ o es que tu miras al indio y no a la flecha?. Estás en nada, niña…hay que mirar es lo último…Te advierto, Bonita, que ella es Rosa Serpa, no Perfume, si le llegas a decir así te tragará: ¡“Rosa Perfume será tu madre…!”

Menos mal que no eres de por acá de estas tierras, porque para el próximo carnaval ya te tendrían listo el disfraz, el señor Gerenaldo García, Nicolás Escobar y Fidel Pérez. Me imagino que don Fidel te personificaría, Bonita.

Pero también tienes ventaja si fueras de por acá: a estas alturas ya no le pararan bolas a la mujer preciosa que pasea su beldad por los callejones sofocantes y hasta te fiaran en las tiendas y en las cantinas. Y a nadie le interesaría ya que eres prima lejana de Shakira, que eres ex reina, actriz, modelo, empresaria, barranquillera y “tumbada en tu buena fe” y te invitan a bañarte al Títere.

Y si por casualidad te encuentras con la Seño Uba, ella lloraría por ti tus pesares y te invitaría a su casa que queda en la salida del pueblo que va para las diferentes fincas camino de Pijiño, y te recriminaría, Bonita, pero a la vez te reconfortaría: “no te preocupes, mija, que todos los hombres son iguales. Tú no sabes las lágrimas de sangre que me ha hecho derramar el Octavio de mierda ese…” y si tú, Bonita, le preguntas quién es él, ella te dirá orgullosa: “El ‘marí’o’ mío…”

Todo sería diferente para ti, mujer, si hubieras tenido la dicha de nacer en San Fernando: serías invitada a los velorios para que te murieras de la risa con los cuentos fantásticos del ingeniero Sajir Yacub, quien no repite uno solo en esas noches largas y la gente no se duerme. Y a lo mejor si te encuentras donde “Ata” con el médico Edgar Ruíz, no te emborrachas por mucho que tomes trago a causa de sus cuentos de personajes de este pueblo como solo él sabe contarlos y te sorprendes de que por culpa de las tantas carcajadas el sol por cualquier lado aparezca.

Y te hubieras olvidado de todos tus pesares y angustias, Bonita. Sólo con los cuentos de Saji y de Édgar te hubieran bastado para volver a ponerle el pecho a la vida y mandar todo sufrimiento al carajo.

Pero también, Bonita, hubieras pasado tu sofoco en San Fernando, con la Seño Gloria, mi madre, quien sin importar lo famosa que eres ni lo crecida que estás, te hubiera acostado en sus rodillas y te hubiera dado tres pencadas en las nalgas para que no fueras tan ingenua, caramba, y dejaras de tener las “”orejas encharcadas” y te avisparas…

Si te encuentras con la señora Nora, la mujer del señor Eduardito Ramírez, te invita a bailar, y si no sabes ella te enseña, así sea con la música de la emisora de Rafael Medina, y si tienes suerte, Bonita, te llevas tu apodo bien puesto que te perdure para siempre y de regalo te preguntará de frente por qué estás tan flaca que “pareces pulla de fritar pescado”.

Te reconfortará encontrarte con el doctor Samuel Martínez Larios, Bonita, quien se apartará de los cánones psicológicos y te dirá solemnemente que “no le vuelvas a parar bolas al corazón porque ese tipo es el loco de todas las casas…”
Seguro no te aburres de comer yuca con suero, pescado y sancocho de gallina y te olvidas de mantener tu figura si te dan de sobremesa las arepas asadas de Margot Turizo o las cocadas de Pilar y las avenas deliciosas de "Macame"

Ojalá no te tropieces con Roberto, Bonita, porque te convence que tú y él son novios desde siempre, que es el hombre más rico “¡de toda la bolita del mundo, amén!” y que es íntimo amigo de ese quien te ha causado tanto daño y que tú lo habías invitado personalmente a tu malogrado matrimonio así apenas lo estuvieras conociendo. Y seguiría diciéndote que ha seguido todo ese escándalo de Agro Ingreso Seguro a través del periódico El Informador de Santa Marta, y lo dirá con tanta seguridad que te comerás el cuento y a lo mejor le darás un abrazo de agradecimiento cosa que él aprovechará y seguirá contando y repitiendo por los próximos 6 meses en cualquier esquina.

Pero le darás gracias a Dios de estar en este pueblo lleno de contrastes, Bonita, si te tropiezas con Isyo. Ella hará que brille otra luz en tu alma cuando te tome de las manos, te mire a los ojos y te diga con su sonrisa celestial: “No importa lo que te pase, recuerda que lo más importante que te ha pasado en la vida eres tú…”

FABIO FERNANDO MEZA
fafermezdel@gmail.com
08.06.2011

martes, 7 de junio de 2011

SANTOS & ARGÜELLES: LA NUEVA UNIÓN DE LA PREPOTENCIA…PERDÓN, DEL VALLENATO.

Dios quiera que esta unión no esté pegada con esparadrapo como todas las anteriores de estos personajes del vallenato. Porque para orgullosos, creídos, egocéntricos, soberbios, agrandados, prepotentes: ellos.

Franco Argüelles es un acordeonero que no acepta ser el coequipero de nadie. Según él, el es la estrella única que debe brillar en el firmamento, es a quien tienen que venerar y debido a ese orgullo, a su soberbia y egocentrismo, no ha llegado donde sólo se llega con trabajo y humildad.

Ya he perdido la cuenta de cuantas veces se ha casado, separado, vuelto a casar y vuelto a separar con algún cantante. Sus uniones son flor de un día. Es que con semejante manera de ser y der su entorno no va a llegar a ninguna parte. Argüelles olvida que el aire no solamente es para que él lo respire. Que le han dado todas las oportunidades del mundo grandes figuras del vallenato pero él no acepta ninguna imposición: simplemente él es Dios y punto.

Dicen que tiene talento. A lo mejor es así. Pero su fama de inestable, amargado y prepotente no deja degustar su música y se va perdiendo en el tiempo sin remedio. Qué desperdicio.

A Argüelles le hacen falta unas vacaciones en el mundo del sufrimiento, en las playas del trabajo duro y con sudor, donde no se crea el mejor de lo mejor y le dé chance a otros. Debe empezar por el principio y ganarse la simpatía de los amantes del vallenato que hoy ven en él no al buen acordeonero que es sino a alguien que se cree está más allá del bien y del mal y todos se le deben arrodillar y ponerle sirios y velas y rogarle por un milagro.

¿Del famoso “Muchacho” qué se puede decir? Ha fracasado en el intento de reemplazar a su padre a pesar de que éste ha movido cielo y tierra para posicionarlo. Pero le falta disciplina a tu “Santos”, Cacique, así no hay “Santa Lucía que valga”.
Rafael Santos sin duda hace una buena unión con Franco. ¿Cuál de los dos serán más soberbios y prepotentes? Que entre el diablo y escoja. Si no le bajan al orgullo al “yo me creo” al “yo soy más que…” o “al yo soy hijo de” esta unión no demora un fin de semana.

Rafael Santos cree que por ser hijo de quien es hay que aceptarle todo. Y Franco cree que con tener talento y ser orgulloso y prepotente todo se lo ha ganado ya. Con esos antecedentes esa unión está pegada con saliva de mico. ¿Quién manda a quién? Si allí todos son protagonistas y nadie acepta siquiera una insinuación del otro.
Es una guerra de egos. Quién sabe cuál explotará primero y tira todo al carajo porque la paciencia y el compromiso como que no hacen parte del arsenal con que están armados estos señores.

Triunfan si ponen los pies en la tierra, si se creen mortales. Si cultivan el don de gente, la humildad, la disciplina y proyectan una imagen de verdaderos profesionales en la música, y hay que sumarle a todo esto que la gente se lo crea. Esto debe de ir más allá que sonreír para la foto.
Ojalá que esta nueva y enésima unión para ambos sea la segunda oportunidad que siempre el destino le regala a los que creen que se merecen todo y no se han ganado nada.

Para mí todo este disfraz, hoy, no es más que propaganda que ambos necesitan porque están por fuera del cotarro. Ojalá este anuncio sea más que patadas de ahogados. Pueda ser que mañana no nos toque confesar que “más es la bulla…”
Tienen todo para triunfar. Es más: siempre lo han tenido. Pero no se han dado cuenta. Han equivocado el camino

FABIO FERNANDO MEZA
05.06.2011

domingo, 5 de junio de 2011

SÍ, RAFAEL OROZCO, SE LLAMABA…

“Como ese no hubo, no hay, ni habrá”, “fue, es y será mi cantante estrella”, es lo que se le escucha decir a sus admiradoras, su principal fuerte. Para nadie es un secreto que el cantante de música vallenata Rafael Orozco, tenía a todas las mujeres como sus más fervientes fanáticas. Muchas de ellas sintieron morirse con él aquella noche negra del gran ayer.

Los hombres parranderos se deleitaban con su música desde la tarde aquella de sábado cuando Rafa se montó a una tarima improvisada en la población de Aguachica, Cesar, solicitado por el gran acordeonero Miguel López, corría el año de 1976 y ya Rafa había grabado con “el comandante” Emilio Oviedo; la gente allí presente se enloqueció con el estilo que ya empezaba a imprimir en sus cantos el cantor de Becerril. Algunos de estos parranderos lo siguieron hasta poco antes de su muerte, porque sus grabaciones recientes ya no servían mucho para parrandear sino para evocar cosas románticas, cosas bonitas, para serenatearle a la enamorada hasta que el sol por cualquier parte apareciera.

La gran disyuntiva de Rafa era si quedarse en Becerril vendiendo agua en su burro alborotado, aprender con su papá a tocar acordeón, vestirse a la moda en el almacén “el agáchate” de Valledupar y mantener su cabello espeso con brillantina, o salir a buscar una vida mejor. Y la encontró en Barranquilla de la mano del médico y compositor Fernando Meneses Romero, allí se olvidó de la promesa hecha a Miguel López de grabar juntos y se inscribió en la Corporación Universitaria de la Costa a estudiar Administración de Empresas. De allí lo sacó Israel Romero cuando se había separado de su cantante Daniel Celedón y Rafa andaba sin rumbo fijo.

Desde el comienzo de su carrera, Rafael Orozco tuvo que vérselas con los puristas del vallenato, con los que les gusta el vallenato cerrero, sin un poquito de azúcar. Ellos no asimilaban muy bien el estilo impuesto por Rafael y las críticas no cesaron hasta mucho después de su muerte, acusando al Binomio de Oro de haber distorsionado la música vallenata para satisfacer intereses personales y que detrás del estilo de ellos se fueran algunas de las figuras de la música vallenata de hoy.

Al igual que sus padres, hermanos, esposa, hijas y amigos, sufrió “la vieja Nuñe” con la partida para siempre de su “Rafita”, esa abuelita villanuevera con un alma noble, de esas almas que ya no venden en la tienda de la esquina, la mamá del acordeonero Israel Romero era feliz cuando el cantante la llamaba casi todas las mañanas a darle los buenos días, a mamarle gallo, a preguntarle si se había estrenado el vestido de flores amarillas que él le había traído de su gira por Venezuela. Gozaba “la vieja Nuñe” cuando Rafa le cantaba el merengue de Héctor Zuleta Díaz: yo no se que es lo que pasa / entre los santos y yo / cada uno escribe una carta / cada uno me pide un favor / san José Gregorio Hernández me mandó un marconi urgente / y me pide que le mande medicina pa` un paciente / ese santo que es doctor del cielo me ha encarga`o / que le mande esparadrapo, merchiolate y algodón / que san Pedro maromeando se cayó y se escalabró… la abuelita cuando lo escuchaba, con toda la ternura que irradia le decía muerta de risa: “ese muchacho de los diablos tiene unas vainas!. Te va a castigar Dios, caracho!”

Detrás de los triunfos evidentes de Rafael e Israel siempre hubo una mano de hierro para con el grupo, del que ellos se ufanaban, con razón, de ser el mejor tanto en acople y en coros así como en coreografía y vestuario.
Pero no todo era color de rosa para los líderes de la organización Romero Orozco: En la mayoría de las veces, cuando por dos o cuatro meses se encerraban a grabar sus canciones en los estudios de su única casa discográfica en la ciudad de Medellín, o bien por el cansancio, o bien por la tensión, o bien por el nerviosismo que les producía el querer brindarle lo mejor a sus fanáticos, en plena sala de grabación y sin venir a cuento, sin motivos aparentes, las cabezas visibles del grupo se agarraban a trompada limpia, a puño físico, compadre!; entonces intervenían los demás integrantes del grupo y los técnicos de la grabación para separarlos. Gracias a Dios todo quedaba de ese tamaño, porque luego se abrazaban y se reconciliaban y todo quedaba superado.

Rafael Orozco siempre reconoció que las puertas del estrellato se las abrió la virgen del Carmen vestida con la canción que compuso su compadre Diomedes Díaz, a quien él bautizó como se le conoce al hijo de la señora Elvira: El Cacique de la Junta.

Una noche de vientos cruzados, sus padres vieron en la cocina que el café se derramaba en la olla de barro en el fogón y ni la cuchara de palo pudo evitarlo, era porque en ese preciso momento a muchas leguas de su casa paterna Rafa a todos nos estaba diciendo adiós, presentía que para él ya casi estaba anocheciendo y vislumbraba en el horizonte el sueño de los que esperan despertar en lo eterno. Sí, alguien a quien no le gustaba el vallenato lo mandó antes de tiempo a encontrase con la estrella de David, alguien que no le gustaba que Rafa nos enseñara en cada parranda que quien se durmiera lo trasquiláramos, alguien que no soportaba ver que conseguíamos una novia con cada una de sus inolvidables melodías, alguien que envidiaba que Rafa cantara el amor-amor, manchó sus versos con sangre.

Rafa alcanzó a ver con alegría que sus cantos se perdían como el humo en la montaña por todos los confines de nuestra basta geografía: estaban allá donde la noche era más noche, allá donde las tardes no morían, allá donde las aves libremente ya no pican los frutales cada día, allá donde todavía se escucha el ladrido de los perros cuando va muriendo el sol, allá donde se ocultan los luceros con la nieve, allá en la cabaña que está bajo un fresco naranjal, allá en la tierra que brilla, allá donde hay copitos de nieve, allá donde hay un corral de ganado escoltado por unos mangos centenarios...

A aquella muchacha preciosa, bailadora de chandé, nunca se le hizo su sueño realidad: que Rafa incluyera en su itinerario a su humilde pueblo para ella recibirlo con un millón de rosas rojas cultivadas especialmente para él con todas las fuerzas de su ser; y después de que ella se embriagara con sus cantos, el cantante hiciera con ella lo que le diera la gana.

Las almas buenas se van para siempre de manera súbita, sin avisar, sin despedirse, cuando menos se espera, sin darle tiempo a uno de que busque un poquito de agua en la tinaja para poder digerir tan infausta noticia. Días después de su muerte, cuando yo trataba de encontrarle razones a la desaparición tan absurda del cantante alegre y sentimental y las piezas de este horrible rompecabezas no me cuadraban, esa explicación que no encontraba me la regaló una tarde de junio, una de sus miles de fieles seguidoras, la seño Gloria, mi madre: Toty, es que Rafael José Orozco Maestre no era de este mundo.

FABIO FERNANDO MEZA
fafermezdel@gmail.com
06.06.2008

jueves, 2 de junio de 2011

“EL ARQUITEITICO”

En San Fernando, Magdalena, como en cualquier rincón de la costa Caribe, nacen personajes únicos, llenos de pensamientos prácticos, y de lógicas arrasadoras, simples, pero efectivas; y muchas veces no saben siquiera firmar su nombre pero se destacan en diferentes artes con eficacia, eficiencia y profesionalismo.

En este pueblo pedazo del alma mía vive mi amigo, Miguel Márquez Mendoza. Lo conozco desde siempre. Tiene como 1000 años. Yo muchas veces me he preguntado qué será lo que Migue no sabe hacer. Porque hace de todo. Inventa lo que no está hecho. Alguna vez le hizo a la mamá un pozo artesanal y al lado le acondicionó una estructura en concreto como de campana invertida, a este artefacto lo llenaba con el agua del pozo y con una manguera en la base repartía agua para toda la casa de bahareque donde vivía. Cuando yo iba a la casa de la señora Matilde Mendoza, quien es la madre de Migue y como de 100 personas más, (a buscar agua, por supuesto), siempre encontraba algo exótico que había salido de la mente creadora y de las manos prodigiosas de este polifacético sanfernandero y lo había materializado: Taburetes de diferentes formas y estilos, equipos de sonidos con amplificación “Made In Migue”, materas con su sello propio, elementos, pájaros, cosas preciosas talladas en madera, pesebres hechos de barro con una fidelidad tan nítida de los personajes, y eran tan real las escenas que Migue plasmaba con sus figuras bíblicas hechas de barro que su mamá muchas veces se arrodillaba ante ellas les rezaba y les pedía algún milagro.

Un día se molestó conmigo. Había en la casa un trabajo de albañilería que hacer y mi hermana Isyoli se lo encomendó a un reputado maestro pero no lo hizo bien. Migue, que me dice primo y a mi mamá tía sin que medie parentesco y de lo que me siento orgulloso, me insultó con toda la razón del mundo, porque no era posible –según él- que sabiendo él levantar esa paredilla se hubiera buscado a alguien que no sabía ni “la O por lo cuadrada”. “Primo, me dijo, yo no he ido a ningún colegio, a ninguna universidad, ¡¡pero yo soy ‘Arquiteitico’!!. Querrás decir, Arquitecto, me aventuré, y me corrigió de nuevo: “Ese es el que hace planos y jodas de esas. Yo soy ‘Arquiteitico’, porque hago de todo y bien hecho”.

En medio de tantos candidatos que desean ser alcaldes del municipio de Santa Ana, Magdalena, ¿no será –pregunto yo- que lo que necesitamos es gente con sentido común, que sienta amor por cada cosa que haga, como Miguel Márquez Mendoza? No habrá llegado el momento de que Santa Ana sea gerenciada por una persona de hacha y machete, de abarca y sombrero, que le corra la sangre del éxito por las venas, que no confunda retroceso con progreso, que sea idealista, listo, arriesgado, que sea correcto, que sea transparente como Migue (aunque el alcohol quizás lo ha puesto más transparente, físicamente). ¿No será que Santa Ana no necesita a profesionales con las paredes de su casa tapizadas de diplomas pero con mentes huecas? ¿No ha llegado la hora de darle oportunidad a personajes con un intelecto innato, con sabiduría que aunque la utilizan segundo a segundo sigue sin desbravar de tanto que tienen, y dispuesto a dar la vida si es necesario porque este municipio al fin salga del atolladero?

Santa Ana necesita a un Migue. Si es sanfernandero, mucho mejor. A alguien que cada vez que prometa o diga algo no le crezca la nariz. A alguien que ponga los intereses del municipio por encima del suyo, o de sus familiares, o de su grupo politiquero, a alguien que sienta la misma sed por agua potable que nosotros, a alguien que se enferme de lo mismo que nosotros, a alguien que le duela el hambre de nuestros niños y el abandono de nuestros mayores, a alguien que padezca la situación de las pésimas vías, que le duela la deforestación inmisericorde de los suelos, que le duela la sedimentación y desaparición de los cuerpos de agua, que le duela el que algunos vecinos de las costas de las ciénagas se apropien de sus riberas con alambres de púas, que le duela que nos estemos sintiendo como un cabo de vela por culpa de la pobreza y de la corrupción. Santa Ana necesita a alguien con don de gente. A alguien que cuando nosotros estornudemos a él le dé gripa. A Alguien que además de ser excelente persona sea excelente gerente. Santa Ana debe volver a lo básico, a lo fundamental, como diejera el inmolado Álvaro Gómez Hurtado.

Ya es hora de que Santa Ana sea gobernada por alguien nacido en algunas de sus cientos de veredas o corregimientos, para que demuestre de todo de lo que es capaz un campesino serio cuando le dan la oportunidad. A lo mejor llegó la hora de que Santa Ana sea administrada por “un arquiteitico”, el que todo lo puede y todo lo hace, porque ha sido premiado con un ingenio para ponerlo al servicio de su gente. Ese que no enseñan en las universidades sino en el día a día de la escuela de la vida. Santa Ana necesita a alguien que piense y sienta como Migue, no a Migue, que lo que quiere es ser Presidente, porque para serlo, según él, los Presidentes no estudian

FABIO FERNANDO MEZA
fafermezdel@gmail.com
01.06.2011

jueves, 26 de mayo de 2011

LA PARRANDA VALLENATA SE CANTA.

No hay códigos ni leyes que lo obliguen. Pero la fuerza de la costumbre lo ha impuesto así: la parranda vallenata se canta, se saborea, se disfruta. No se baila. Quizás por eso el desaparecido Alejo Durán en una presentación a un grupo de amantes del vallenato en pleno Festival Vallenato les dijo: “si van a bailar, me voy. La parranda se canta”.

Todos hemos pasado en algún momento por la pena y hacemos el ridículo al bailar una parranda memorable cuando todos los que saben de vallenato la saborean en silencio o la cantan. O si no pregúntenle a Daniel Samper, cuando hacía sus pininos como periodista de El Tiempo y fue a cubrir uno de los Festivales Vallenatos. Pero Daniel tuvo a alguien que se condolió de su ignorancia de este código musical y lo haló de la camisa. Juan Gossaín se lo recordó:” Daniel, la parranda vallenata no se baila”. Daniel no ha olvidado la lección.

Algunos artistas y grandes figuras del folclor vallenato creen, y con razón, que es una falta de respeto que mientras ellos estén exponiendo sus virtudes otros no le paren bolas y bailen o hablen de otros temas. Todo esto ocurre cuando la presentación es lo que ahora llaman “Privada”. Ahora se estila que cuando un juglar se presenta a la multitud, pues se lo bailan sin remedio.

García Márquez, quien como pocos conoce al dedillo los secretos del encanto vallenato, en un homenaje que le hicieran en el Festival Vallenato en 1983 tuvo que salir corriendo y atajar a unos amigos cachacos para que no “metieran la pata” en pleno corazón del vallenato y los sentó para que acompañados de un buen trago degustaran las notas alegres de un acordeón y corearan embriagados de folclor cada canto. A tiempo detuvo una debacle.

Es que al final de cuentas el vallenato es eso: una persona que tiene la virtud de decirnos cosas maravillosas vueltas canto en pocos minutos. Y es de elemental cortesía que se le escuche sus relatos fantásticos. La urbanidad de Carreño dice que hay que escuchar con respeto al que tiene algo importante que decir.

Si lo que se quiere es brincar y saltar pues vayan a los grandes conciertos que ofrecen los empresarios con los llamados “Nueva Ola” quienes todo lo que tocan lo convierten en brincoteo y desdibujan hasta más no poder esta música. A ellos poco le importa ya que hay otros intereses de por medio.

Menos mal, carajo, que todavía existen los Emiliano, los Enrique Díaz, los Alfredo Gutiérrez, Los Lizandro Meza, los Miguel López, por nombrar algunos, que cuando tocan, todo el que sabe y quiere aprender de vallenato debe hacer silencio, o cantar cuando el mensaje de la canción vallenata le llegue al alma y para quedar en paz con su conciencia tienen que exteriorizar tanta alegría al compás de un acordeón que invita.

FABIO FERNANDO MEZA
23.04.2009

miércoles, 25 de mayo de 2011

RAFA MANJARRÉS: CANCIONES LINDAS

Era de tarde y Rafa estaba en el baño de su casa en La Jagua del Pilar pensando en su reciente conquista amorosa, cuando en la emisora del radio de la casa vecina escuchó algo que lo dejó sembrado en el piso del baño. Salió corriendo, así, enjabonado, y comenzó a gritar y a bailar de alegría montado en la mesa de la sala de su casa. No era para menos, Diomedes Díaz le acababa de grabar la canción titulada ‘Simulación’.
Atrás quedaban las decepciones que sufría cuando en Barranquilla se acercaba a las pocas disco tiendas que al final de la década de los 70`s promocionaban los álbumes de música vallenata, y en ninguno venía una de sus canciones ¡Qué vaina, hombe!

Sus amigos y compañeros de habitación como el periodista Luis Mendoza Sierra y el también compositor Roberto Calderón, lo animaban a que siguiera enviando los cassettes a cuanta agrupación se enteraban que entraba a los estudios de grabación.

Artistas como Otto Serge, Héctor Zuleta, Daniel Celedón, Silvio Brito, y Miguel Herrera entre otros comenzaron a pelearse sus canciones. Pero él quería más. Y la esperanza reverdecía cuando Beto Zabaleta le grabó por primera vez. Allí supo que la temática de sus composiciones tenía su gente, tenían su público, y la empezó a explotar. Luego Jorge Oñate, Los Hermanos Zuleta, Diomedes Díaz, los Pechichones, Miguel Morales, Iván Villazón y el Binomio de Oro, entre otros se interesaron por las canciones del muchacho de hablar pausado, buena gente, mujeriego, buen amigo, bohemio, de sonrisa fresca y sincera, sencillo y humilde.

Rafa Manjarrés plasma en sus cantos los aconteceres de la vida de los pueblos, de las ciudades y de sentimientos contaminados a veces, de modernismo.

Sí, este compositor, que en muchas canciones ha plasmado historias pueblerinas que por lo general terminan en tragedia, adquirió su estilo propio describiendo cuadros urbanos en sus canciones revolucionarias para la época en que fueron grabadas.

Como compositor ha vencido en franca lid en numerosos festivales, llevándose los primeros lugares. Para reafirmar su talento, ganó el primer lugar en 1986 en la modalidad de canción inédita en el Festival Vallenato con ‘Ausencia Sentimental’, utilizando el seudónimo de ‘Uno de Tantos’.

Rafael Enrique Manjarrés Mendoza, a puro pulso de verso y sudor y a veces desencantos, se ha ganado un lugar destacado en el muy reñido grupo de compositores de este tan golpeado folclor.

A estas alturas de la vida, Rafa no sabe por qué La Guajira se mete hasta el mar así, no le importa que en su vida se metan sus amigos por que sabe que lo aprecian y son sus amigos, no le importa que la muchacha que lo acompaña no es la que cause sus penas. Aún este abogado le pregunta a la duda, a la bendita duda, qué camino sigue.

Rafa sigue siendo aquel que llora cuando su guitarra dice: yo tenía un amigo/ un gran amigo/ como mi hermano/ y el que aprecia a un amigo/ es puro y digno, sincero y sano. Es el mismo que sabe que la niña linda canta vallenato aunque dice que no gusta de él. Es ese tipo que dice cuantas cosas vivió viviendo al margen de aquel prejuicio, querer callarlo fue su suplicio y por su amor luchó hasta el fin. Es quien grita: ¿por quién pregunto yo ahora que llegue? ¿A quien voy a visitar en tu barrio? ¿A quién le digo cositas chéveres emociona’o cuando esté cantando?. Es Rafa quien nostálgico le dice al mes de diciembre:

Quien tiene una pena la vida le amargas, más fuerte la siente, y del que está alegre, también te contagias. Fue quien le pidió a una preciosa mujer que no le pidiera que en ella mirara a una amiga, no lo podía hacer. Es quien dijo alguna vez que hoy podía ser un diablo y amanecer mañana hecho un Jesucristo, por amor. Cuantos recuerdos, cuantas vivencias, por Dios!
Este notario segundo de Riohacha es todo un profesional, intelectual, competente y está a la altura de los mejores del país.

Con el álbum titulado con una de sus canciones, Cien días de bohemia, los Hermanos Zuleta se ganaron el Grammy en el 2006.
Toda esta cadena de sucesos extraordinarios y de buenas noticias las compartió Rafa el pasado 30 de mayo en San Fernando con todo el pueblo que lo quiere y le corea las canciones, tanto, que se las sabe más que él y Rafa, feliz.

De pronto dice un chiste, narra una anécdota, “echa un cuento” y se queda seriote, como si no fuera él el de las ocurrencias, mientras la licenciada Isyoli Meza, el médico Edgar Ruiz Aguilera y el abogado Juancho Royero Martínez ríen a carcajada limpia, celebrando las ocurrencias de Rafa, y entonces toma su guitarra y de la nada sale un verso, bien sutil y dirigido, delicado y sensitivo...de esos que siempre quiso componer de madrugada cuando el gallo canta y las brujas vuelan por los aires.

FABIO FERNANDO MEZA

miércoles, 18 de mayo de 2011

SAN FERNANDO, MAGDALENA: 30 DE MAYO DE 1750

Allá al sur del Departamento del Magdalena, haciendo parte del Municipio de Santa Ana, se encuentra el corregimiento de San Fernando.
Es un pueblo de cinco calles largas y misteriosas, otrora de arenales, tres de ellas tienen nombre, menos las números tres y cuatro: la primera se llama La Albarrada, la segunda, La Calle del Medio (aunque no lo es) y a la calle quinta le dicen La Calle de Atrás. Pero hemos progresado: hay un barrio de invasión ubicado en la parte norte del pueblo, que por quedar ahí, pegado al colegio que fundó el profesor Caamaño, tiene su mismo nombre: barrio San José. Asediado por la creciente del río y por la creciente corrupción, politiquería e insensibilidad de algunos de sus habitantes hoy se encuentra mi pueblo, tu pueblo, nuestro pueblo...
Ese es San Fernando: un pueblo lleno de bellezas naturales,de contrastes, de poesía, de talentos, de personas emprendedoras, de sueños, de mujeres preciosas e inteligentes, y también de alguna que otro perezoso que no quiere trabajar.

San Fernando fue mal fundado por Fernando de Mier y Benítez, un sanguinario español que sembró el terror por estas tierras ribereñas del brazo de Mompox, aniquilando a los ya pocos indígenas que quedaban. El señor Mier y Benítez, era tan despiadado, que le decían Mier y Guerra, como más se le conoce. Este señor llegó por aquí antes de ir a fundar o a saquear a Santa Ana, o sea, venía del interior acabando con todo lo que encontrara a su paso en nombre del Rey, con cuyo nombre bautizó al pueblo donde llegó un 30 de mayo de 1750. Eso es lo único feo que tiene este pueblo, el nombre. Ningún pueblo debiera llamarse como este rey de España que junto a su esposa jamás en su vida se bañó, y al que le han dado poderes y bondades que nunca tuvo fuera la de ser cruel y avaro como todo español de la época.

Para colmo de males, en la iglesia hay una estatua de tamaño natural al que veneran como San Fernando, pero gracias a Dios esa figura de yeso no corresponde a la imagen del rey, sino a San Luís Gonzaga, por fortuna, y los sanfernanderos hemos aprendido a convivir con ese error religioso desde hace mucho tiempo.

Hoy, la mayoría de los habitantes de este pueblo no recordamos que nuestros antepasados fueron pastores errantes que buscando comida para su ganado vagaban por toda esta región, y al llegar aquí se amañaron y construyeron casas y comenzaron a domar las montañas y a convertir sus tierras fértiles en sembrados abundantes y en pastizales para su ganado. Cuentan los abuelos, que alcanzaron a llegar familias atraídas por la fama de su rica tierra desde San Juan Nepomuceno, Bolívar, entre otras regiones, y también familias del otro lado del mar que venían huyéndole a la guerra que libraban árabes y turcos.

El río que antes se recostaba para dormir su siesta en los patios de las casas ubicadas en la calle de La Albarrada, paulatinamente se fue alejando y hoy está a dos kilómetros del pueblo. Todo por culpa de un sacerdote que en una noche de inspiración sacó al San Fernando de tamaño natural y lo redujo a cenizas en el puerto del río. Desde entonces el río se ha ido alejando del pueblo, resentido.

San Fernando, como la mayoría de los pueblos de la costa, vivió su plenitud hasta mediados de la década de los 80, donde todo abundaba y la gente se daba el lujo de pescar bocachicos inmensos sólo para tirárselo a los puercos. Era la época en que deambulaban bovinos cimarrones por las calles del pueblo sin su marca de hierro candente, común y silvestre, y dormían en el puerto de la cieneguita. Todo eso acabó.

Hoy pasan sin pena ni gloria sus fiestas de año nuevo, sus carnavales y la devoción de Semana Santa no existe; si se tiene en cuenta que todo eso lo hizo famoso entre todos los pueblos junto con el casabe y el suero con yuca. Debemos rescatar todo esto. Ese es San Fernando. El pueblo que en algunos textos aparece como San Fernando de Oriente; en otros, como San Fernando Rey de España; en otros, como San Fernando Abajo; en otros, como San Fernando de Tolentino. Yo me quedo con el San Fernando, a secas; y ya eso es mucho aceptar en un pueblo que no debió nunca llamarse así. Y la paradoja más grande es que el rey de España ha sido elevado a santo en el santoral católico, debe ser por sus múltiples asesinatos e injusticias con la población indígena y sus depravaciones palaciegas que fue lo único bueno que hizo.

San Fernando, es el pueblo que a veces se detiene en el tiempo, que no quiere progresar o la oligarquía municipal no lo deja, o sus hijos somos apáticos. Pero ahí está, sumido en la pobreza y en la desigualdad social por culpa del desempleo y la falta de oportunidades pero lleno de ilusiones y esperanzas.

Ojalá las nuevas generaciones marquen la diferencia y ayudemos a resucitar al pueblo, sus sitios más representativos, su gente que se destaca en algún arte, su paisaje hermoso.

El 30 de mayo está cumpliendo 261años, sí, señores, el 30 de mayo es un día especial para este pueblo lleno de personajes irrepetibles, con anécdotas únicas como la contada por el ingeniero sanfernandero Bashir Yacub Bermúdez: “el señor Martín Álvarez, que ya falleció, estaba preocupado por la mujer que había elegido su hijo, Temístocle, como esposa. Se va a casar con una mujer con la que no le puedo dejar una razón, se quejaba don Martín. Al preguntarle el doctor Yacub el porqué de su preocupación contestó desesperado: ¡es que es muda!

Feliz día, San Fernando. Te quiero así, con todo lo malo que no debieras tener, con todo lo que no debieras sufrir, con todo lo que te hemos quitado, con todo lo que te hemos calumniado, con todo lo que te debemos y ya nos estás reclamando. Pero también tienes, San Fernando, muchas cosas bellas y únicas. Feliz día y que mañana sea mejor tu amanecer. Y que valga la ocasión para deponer odios, para dejar atrás los rencores, para querernos y respetarnos como personas civilizadas que somos. Y sobre todo, perdonar para poder vivir tranquilos, y trabajando con alegría como todo sanfernandero que se respete.

FABIO FERNANDO MEZA