miércoles, 12 de mayo de 2010

LA SEÑO GLORIA

La vez primera que tuvimos conciencia de que nuestra madre era maestra fue una noche perdida de comienzos de un año cuando se reunían en casa de nuestra abuela Rebeca estudiantes del grado quinto a ensayar cumbias, porros y fandangos. Había hombres y mujeres de la talla de Eudaldo Pérez, Teobaldo Oliveros, Belinda Álvarez, Saida Álvarez, Hermes Polanco…en fin. Nosotros éramos niños y sentados en una mecedora asistíamos a semejante derroche de energía y talento.
La seño Gloria, siempre se ha interesado por la parte cultural de sus alumnos sin importar sexo ni raza. Siempre los obliga a realizar algún acto y los acostumbra tanto que cuando no lo hace ellos le reclaman. De esta Normalista de Sahagún han aprendido muchas generaciones de sanfernanderos cuyos padres le han apostado a que fuera ella quien educara a sus hijos. No es más recordar la vez que la niña Osiris Yacub Bemúdez se negaba a ir a la escuela 007 porque la seño Gloria no sería su seño ese año.
Los carnavales eran animados durante muchos años por esta mujer de vitalidad impresionante y de sueños continuos. Famosa en toda esta región por sus aportes al rescate de nuestros valores. Hoy, numerosos profesionales todavía se acuerdan de que fue ella quien le mostró con su paciencia y su don el derrotero a seguir.
Esta profesora que de niña y por ser la última hija del matrimonio de Víctor Delgado y Rebeca Navarro gozó de ciertos privilegios, tenía claro que lo suyo era estudiar desde el día soleado de un diciembre cualquiera cuando su padre le preguntó que si quería hacerlo. Ella no sólo le dijo que sí si no que exigió que fuera en la Normal para Señoritas de Mompós y luego Cereté y Sahagún.
No le importó trabajar gratis al comienzo de su carrera cuando el profesor Caamaño le pidió su ayuda para educar a muchos niños sin esperanza de pago.
Creemos que fue la época que más aprendió y se gozó su trabajo. Para nadie es un secreto tantos padecimientos que sufrieron los profesores de esa época incluyendo a los respetables que hoy al igual que ella, les extiendo este meresidísimo homenaje. Fueron tiempos difíciles. Pero en medio de tantos padecimientos creemos que trabajaban mejor y demostraban su amor a su profesión como lo hicieron hasta el último día de su trabajo.
Qué bueno sería que el espíritu de enseñanza, alegre, religioso, dicharachero, cultural y deportivo de la seño Gloria se quedara en el colegio por siempre y para siempre; qué bueno sería que la seriedad, verticalidad y capacidad de enseñanza de la seño Osiris fueran emuladas por los profesores jóvenes; qué bueno sería que la fe espiritual, respeto y don de gente de la seño Beatriz no se fueran nunca de los salones; como no se debe ir el amor y la entrega sin sosiego de la Seño Enilda por su gran obra como lo es su colegio de toda la vida. Qué bueno sería que la frescura y el ánimo optimista de la seño Bertilda se quede impreso no sólo en los que tuvieron el honor de ser sus alumnos, sino en los profesores que se quedan y lo pongan en práctica; qué bueno sería que el trabajo laborioso serio y cumplido del profesor Armesto siga haciéndose así el no esté de cuerpo, porque siempre estará de corazón.
Nuestra madre también se ha destacado por su capacidad para escribir coplas, cuentos, canciones…Traté de explicarlo cuando en la ciudad de Medellín hace poco, una periodista me preguntó que quién me había enseñado a escribir y contesté: “sería de tanto ver a la Seño Gloria hacer coplas y cantos para sus alumnos”. Cuando la periodista me preguntó quién era la seño Gloria, le respondí: “Es Mi Madre”.
La capacidad para crear coplas y componer de ella, quizás le nació de su inclinación de mamarle gallo a la vida, de no tomársela demasiado en serio. Nuestro tío y hermano gemelo de ella, el difunto Jesús Delgado, nos contó una historia donde ellos fueron protagonistas cuando eran niños: “De pronto el papá Víctor los llamó bien de mañanita a los mellos, como les decían, ellos tendrían 5 ó 6 años pero ya eran traviesos, y les dijo que se sentaran en el taburete y a ambos les puso entre las piernas una totuma inmensa llena de carimañolas de yuca, y la orden fue perentoria de parte de su padre: ¡se las comen toda, hasta que se caguen!” Todo esto porque la señora Teodosia le debía una plata a nuestro abuelo Víctor y se la pagaba llevándole carimañolas en esa totuma inmensa que nadie comía. Nuestra madre y nuestro tío, las cogían, medio las pellizcaban y las botaban hasta que nuestro abuelo se dio cuenta y los castigo de esa manera.
Todo en la vida no ha sido color de rosa para la seño Gloria. También se le ha puesto el barro duro, como dice Juancho Ruíz Meza, a ella también se le ha visto llorar cuando se va para siempre alguno de los suyos. Pero todo eso se lo cura la hamaca y el café tinto de las 4 de la mañana acompañados de cantos religiosos que todavía interpreta a todo pulmón como en sus mejores tiempos.
Ha sido reconocida como la maestra que lleva vida y alegría donde quiera va a representar no solo al colegio donde trabajaba sino al pueblo donde tuvo la dicha de nacer un 6 de julio. Pero no nació sola. La acompañó por 50 años su hermano gemelo, el famoso Mello Delgado. Ha sido felicitada por entidades como Cafam cuando trabajó allí, por la alcaldía y gremios departamentales y municipales y no son pocos quienes le reconocen el haber llevado el nombre de su institución y de su pueblo, lejos.
Seño Gloria, que bueno que la tengamos de tiempo completo en la casa. Qué bueno que hoy esté recibiendo este merecidísimo homenaje, que bueno que se haya vuelto a reunir con sus colegas y paisanos. Pero eso no implica que deje de ser un referente en la educación de este pueblo. Todavía tiene mucho que enseñar, mucho que aportar.

Seño Gloria, nos sentimos orgullosos de tenerla como nuestra madre y como nuestro padre también, y queremos recordarle lo que nuestra hermana Isyoli dijo de usted: “Yoya tiene el corazón tan grande como Batatal…”
Nos regocijamos que este homenaje lo reciba usted cuando puede todavía deleitarse y saboreárselo y almorzárselo, cuando debe ser, porque los homenajes se hacen en vida y usted se lo merece al igual que se lo merecen todos los homenajeados del día de hoy.
Seño Gloria: sus hijos Manuel Joaquín, Isyoli, Isby y Fabio Fernando, le queremos reiterar nuestro amor, nuestro respeto, admiración y agradecimiento porque también a nosotros nos ha educado inculcándonos que seamos personas de bien.
No nos queda más que darle gracias a Dios por nuestra madre y profesora y por todas las profes de primaria de San Fernando, Magdalena
Agradecido,
FABIO FERNANDO MEZA
fafermezdel@gmail.com

2 comentarios:

juancho royero dijo...

Carajo Fabio, me pusiste a tragar duro con ese articulazo, homenaje a Tú valiosísima Madre, de la que también aprendí mucho cuando fui su alumno en la escuela rural de primaria de San Fernando. Un Abrazo y me la saludas con mucho cariño.-

Osi Yacub Bermudez dijo...

Me habia perdido este articulo, esta buenisimo, es un homenaje mas que merecido a una profesora que ensenio con tanto esmero, amor y dedicacion durante todos sus anios de servicio al magisterio y que sigue enseniando en su vida diaria, una persona que resalta donde quiera que va por su espiritu alegre, entrega y buena energia. Me siento muy orgullosa de haberla tenido como profesora, yo especialmente la recuerdo con mucho carinio, la Senio Gloria era la profesora de mi hermana Nakler, su clase siempre estaba animada, sus alumnos aprendian, jugaban, rezaban, los viernes eran lo mejor y en las tardes ensayaban danzas en su casa..... me acuerdo tanto que yo siempre me colaba en esa clase y le pedia (le rogaba) a mi mama que me cambiara de curso pero ella me decia que no se podia, al final insisti tantoo que lo logre, fui su alumna en 2do y 3er anio, 2 anios de muchas actividades, reimos y compartimos, en las tardes ensayabamos danzas, cantos, coplas, siempre estabamos listos para cualquier izada de bandera ... Inclusive cuando pasamos al colegio de bachillerato siempre acudiamos a la Senio Gloria en busca de guia, musica y vestuario para las presentaciones -nunca dijo que no- esa es una de sus grandes cualidades. Finalmente tengo que decir que en el patio de su casa habia un arbol de fruticas pequenias y un poco acidas, que no me acuerdo bien que eran, pero despues de los ensayos, ese palito era nuestro destino jejejje

Senio Gloria Dios la bendiga, la proteja y le devuelva en abundancia todo lo que hizo por sus alumnos y todo lo que ha hecho por su pueblo... saludos Fabio Fernando, un abrazo, gracias por este escrito, me trae muy gratos recuerdos.