jueves, 21 de octubre de 2010

¿LA MISMA VAINA?

Tranquilo, señor. Le voy a escribir un telegrama pero no para reclamarle lo mil veces reclamado y vuelto a reclamar. Me enteré que estuvo en Santa Marta y decidí escribirle un telegrama desde acá desde este pueblo olvidado hasta por los santos a ver si llegaba antes de que usted se devolviera a la capital.

No se preocupe. En esta ocasión no le voy a pedir que se pronuncie sobre la situación que vivimos los pueblos olvidados e inundados del sur del Departamento del Magdalena; no le voy a fregar la paciencia con el cuento de que no hay alimentos ni servicios de salud para los miles de damnificados por el invierno; no le voy a decir que sea serio al decirme que esos reclamos debo hacerlos al Gobernador o al Alcalde como muy amablemente me respondió, porque, según usted, respetado señor, ellos son idóneos y competentes; no le escribo el telegrama para decirle que extraña que ahora que San Fernando tiene agua hasta en las pestañas se aprobó un proyecto en el Honorable Concejo Municipal de Santa Ana para la construcción de su alcantarillado y al parecer ya se envolataron 500 millones y el proyecto no ha arrancado, comenzará sólo cuando venga el verano, pero no, no le escribo para eso, al fin y al cabo no es extraño esa situación, falta ver si construyen el alcantarillado y ese dinero no corra la misma suerte del que han destinado para la vía Santa Ana-San Fernando; ni siquiera le escribo, respetado señor ‘bogoteño’, para decirle que mi amigo ‘Tuco’ desea ser concejal por San Fernando, pero creo que es demasiado humano, demasiado transparente y sincero para esos menesteres. No. No le escribo para nada eso.

No le escribo para ‘echarle este cuento’: la señora Nora estaba rabiosa la vez que a su hija se la llevó el novio para la Guajira, ese tipo del que ella no gustaba. Al preguntarle un vecino por la hija, ella le respondió que “se la llevó el cara de burro comiendo maíz en pretil alto ese…y me imagino que ahora la pobre hija mía estará ‘como mojarra en pulla de fritar pesca’o…”

Tampoco le escribo el telegrama para reclamarle que el sur del Departamento del Magdalena no es sólo el Municipio de El Banco, que entre éste y el Municipio de Plato hay muchas poblaciones ahogándose, señor. No, no le escribo un telegrama para decirle que un periódico de circulación nacional sí le está haciendo un “sincero y sentido homenaje a ese otrora importante medio de comunicación como lo fue el telegrama”, es que las noticias y los artículos se reducen a eso. Qué tristeza: Publican el titular y nos mandan a leerlo a su página web como si todos fuéramos como sus dueños y directivos: millonarios y soberbios.

No le escribo un telegrama para joderle la vida con la denuncia eterna de que la vía La Gloria-Santa Ana es una trocha intransitable desde siempre en verano y en invierno, y que es absurdo escuchar quejarse a un Diputado de lo deplorable de las vías del sur cuando él tampoco hace un carajo por aliviar siquiera la situación. No, ese no es el motivo de mi escrito en forma de telegrama.

Mi telegrama señor respetado lo escribo para preguntarle:
¿Quién es el Presidente? Punto Porque al que estaba antes que a usted como que nadie le ha dicho que ya su periodo expiró Punto Que ahora los desayunos en Palacio son de changüa y no de arepa con agua de panela Punto ¿O es que en verdad aquél es el verdadero y usted es el de ‘embuste-embuste’? Punto
Si usted es el verdadero ¿Por qué tiene que enviarle a sus funcionarios ‘al que ya no es’ para que le corrija hasta la ortografía a los proyectos que usted le presenta al congreso? Punto ¿O es que usted no sabe escribir? Punto ¿Sus funcionarios tampoco? Punto
¿Puedo dirigirme a usted como Señor Presidente o esa dignidad sólo es potestad únicamente para su señoría el anterior que no quiere aceptar que es un "Ex”? Punto
Puedo preguntarle con todo respeto, ¿usted cuándo se va a amarrar los pantalones y va a gritar con su ‘educación rola’: Ala, mi chino, yo soy el que mando, carachas, disculpe que se lo recuerde? Punto
Dígame una cosita respetado señor ¿ es a usted a quien hay que dirigirse para denunciar algún caso de corrupción o violación de los derechos fundamentales tan comunes acá en la costa, o es al señor que vive en una guarnición militar que se le atraviesa como mula muerta cuando usted desea tranquilo respirar aire puro? Punto
Una última preguntica señor respetado ¿Usted le baja la cabeza “al que no es, pero es como si lo fuera, o que siempre ha sido pero que ahora no lo es, o algo así” por respeto o por miedo? Punto ¿Usted cuándo se va a posesionar? Punto ¿O se lo debo preguntar al otro señor? Punto
Saludos por allá Punto
Como sé que no me responderá mi telegrama, respetado señor, me imagino que usted me contestará mentalmente, de la misma manera como lo hace el Alcalde militar del cuento de García Márquez, cuando un dolor de muela lo obliga a ir donde el dentista quien después de sacarle a la autora de sus tormentos le pregunta que si le manda la cuenta a él o a la Alcaldía y el Alcalde le responde:

Es la misma vaina

FABIO FERNANDO MEZA

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