lunes, 17 de octubre de 2011

UNA CUCHARADITA DE AZÚCAR PARA SAN FERNANDO, MAGDALENA…

En San Fernando, Magdalena, la mayoría de sus habitantes, hoy, tienen una manera diferente de pensar. Pero parece que es para mal. Da la sensación de que se ha recrudecido la envidia, el rencor, el chisme, el odio y hasta la venganza.

En mi niñez y en mi adolescencia, gracias a Dios, alcancé todavía a respirar amor, cariño, comprensión, respeto, solidaridad, y hasta una sonrisa o una carcajada por culpa de un cuento, de un chiste, en esta comunidad. Y se sentía todo eso en el ambiente de sus calles llenas de arenas, en cada esquina, en cada callejón, en la simple presencia de su gente, en el follaje de los almendros y de los naranjuelos. Se sentía en esos tiempos no tan lejanos una atmosfera de tranquilidad espiritual donde la gente se hablaba con la gente, donde el liberal sólo era liberal el día de las elecciones, al igual que el militante del partido conservador. El lunes siguiente todo se había superado y no había discordias respetando el resultado electoral cualquiera fuera.

San Fernando era el pueblo más admirado en toda esta vasta región, no solo por la belleza de su paisaje natural si no por el don de sus gentes, el producto de sus sembrados y la amabilidad de sus habitantes. Todo eso cambió y nadie sabe desde cuándo.

Nos hemos vuelto egoístas, perezosos, viciosos, hipócritas y muchas veces, algunas personas acuden al oscuro arte de la brujería o de la hechicería para supuestamente hacer algún daño a alguien que quiera triunfar en algún campo o simplemente porque le da la gana de hacerle daño

Hoy se nota en el rostro de nuestros padres y abuelos una tristeza mal disimulada por el rumbo que ha tomado el pueblo que ellos llevaron a la cumbre del progreso con tanto esfuerzo y solidaridad. Hoy Nadie respeta a nadie, y nadie es capaz de protestar por situaciones que antes no se veían ni en broma y que hoy son ya habituales. Hoy todos volteamos la cara porque nos hemos vuelto insensibles ante el dolor o la necesidad ajena.

En mi niñez y adolescencia todo San Fernando desayunaba, almorzaba y cenaba. Todos nos divertíamos a nuestra manera y con nuestros medios, había respeto en general y la gente madrugaba a trabajar en sus cultivos y contrataban a mucha gente para el mantenimiento de sus fincas. Los paisanos de entonces salían a aventurar para otras partes muchas veces para cambiar de ambiente y no porque en el pueblo no hubiera nada qué hacer.

San Fernando está agonizando. No sólo materialmente sino espiritualmente. Antes el Gobierno no daba nada y todo San Fernando vivía feliz. Hoy que quizá el Estado provee algunas cosas para aliviar ciertos problemas nadie quiere hacer nada.
Hace poco tuve el honor de conversar con el doctor Bashir Yacub y me decía que ya ni los jóvenes se preocupan por el deporte ni la parte cultural. Y se nota con preocupación la falta de compromiso de la Institución educativa en estos temas. Antes en el colegio hacíamos centros literarios cada viernes, había semana deportiva, semana cultural. Y no había ni los medios ni los recursos que hoy hay. Y recuerdo muy bien que a las 7 de la mañana hacíamos una fila por curso en la escuela primaria, rezábamos y cantábamos y todos los días del mes de mayo llevábamos flores a la virgen y se hacían novenas.

Parece que todo eso se fue con la Seño Osiris, la Seño Gloria, La Seño Bertilda y la Seño Enilda. Qué tristeza.

Sí, qué tristeza ver a este pueblo tan aislado entre sus mismos habitantes y la mayoría de las inquinas es por culpa de la mala política, de la corrupción y del manoseo de ciertas personas que se autodenominan líderes.

Antes no teníamos tanto como ahora y parece que vivíamos mejor. Todos éramos amigos de todos, y todos nos colaborábamos para cualquier acción común. Hoy este no se habla con aquel y aquel no se habla con el otro.

El médico Édgar Ruiz me preguntaba si en las noches actuales de San Fernando he visto a los muchachos jugar la lleva o cacho escondido o algunos de esos juegos populares que muchos disfrutamos. Le tuve que responder con tristeza que no. Los muchachos del San Fernando de hoy reparten su tiempo libre entre las esquinas, la televisión y el internet. Esto no es malo ni mucho menos pero parece que se ha vuelto una adicción.

Hay que rescatar todos esos valores, costumbres y calidad de vida que se los ha llevado la corriente para la cieneguita, como dice mi amigo David Ruiz Aguilera; hay que volver a pensar positivo como nuestros ancestros, hay que dejar de lado el egoísmo, actitud que siempre caracterizó a generaciones pasadas y cuyas obras aún persisten. Tenemos que volver a ser amigos, a ser gente, a mirar a lo lejos y sacudirnos de tanta mala fe para que San Fernando vuelva al menos a sonreír y no lo sigamos añorando por lo que fue sino que lo queramos por lo que es. Todo esto lo lograremos si cambiamos nuestra actitud, nuestra forma de pensar, si le ponemos una cucharadita de azúcar a este café amargo a que hoy sabe este pueblo donde tuvimos la dicha de nacer

FABIO FERNANDO MEZA

3 comentarios:

Hector cortina dijo...

Muy interesante, la verdad es que tenemos que trabajar para recuperar la costumbres que se han perdido en nuestro querido pueblo.

Anónimo dijo...

Todos esos comentarios,los comparto contigo,aunque no naci en tu tieerra pero si quedo marcada en mi vida una huella indeleble desde q pise esa tierra a la edad de 6 años q me llevo mi padre cuando en su juventud pescaba rio abajo,y por cuestiones de la vida,quedaron sin racion para el chinchorro,zarpo a sanfernando encontrando ahy su verdadero amor,igual hice yo me case ahy,convivi mucho tiempo en ese terruño amado,tengo buenos amigos,mis hermanos todos son de ahy,Y lo q tu comentas lo disfrue igual,epoca sana,parrandeaba con mis amigos,amaneciamos,robabamos gallina y nos ibamos pa batatal a degustar un buen sancocho de gallina robada,q vaina buena,la luz la colocaban alas 6.p ynos la quitaban alas 10 ysi habia luna clara la gente salia se acostaba afuera cual playa del rodadero,y pare de contar muchas cosas q me sucedieron en ese pueblo qquiero,como llevo en mi corazon al natal

Humberto Oliveros D dijo...


Muy buena su columna fabio y lo felicito por esos comentarios tan asertados,creo que estamos sintiendo la partida de personas lideres como el profesor Gonzalo caamaño,debemos unirnos y trabajar para forjar verdaderos lideres comunales que puedan sacar adelante nuestro pueblo.