martes, 7 de junio de 2011

SANTOS & ARGÜELLES: LA NUEVA UNIÓN DE LA PREPOTENCIA…PERDÓN, DEL VALLENATO.

Dios quiera que esta unión no esté pegada con esparadrapo como todas las anteriores de estos personajes del vallenato. Porque para orgullosos, creídos, egocéntricos, soberbios, agrandados, prepotentes: ellos.

Franco Argüelles es un acordeonero que no acepta ser el coequipero de nadie. Según él, el es la estrella única que debe brillar en el firmamento, es a quien tienen que venerar y debido a ese orgullo, a su soberbia y egocentrismo, no ha llegado donde sólo se llega con trabajo y humildad.

Ya he perdido la cuenta de cuantas veces se ha casado, separado, vuelto a casar y vuelto a separar con algún cantante. Sus uniones son flor de un día. Es que con semejante manera de ser y der su entorno no va a llegar a ninguna parte. Argüelles olvida que el aire no solamente es para que él lo respire. Que le han dado todas las oportunidades del mundo grandes figuras del vallenato pero él no acepta ninguna imposición: simplemente él es Dios y punto.

Dicen que tiene talento. A lo mejor es así. Pero su fama de inestable, amargado y prepotente no deja degustar su música y se va perdiendo en el tiempo sin remedio. Qué desperdicio.

A Argüelles le hacen falta unas vacaciones en el mundo del sufrimiento, en las playas del trabajo duro y con sudor, donde no se crea el mejor de lo mejor y le dé chance a otros. Debe empezar por el principio y ganarse la simpatía de los amantes del vallenato que hoy ven en él no al buen acordeonero que es sino a alguien que se cree está más allá del bien y del mal y todos se le deben arrodillar y ponerle sirios y velas y rogarle por un milagro.

¿Del famoso “Muchacho” qué se puede decir? Ha fracasado en el intento de reemplazar a su padre a pesar de que éste ha movido cielo y tierra para posicionarlo. Pero le falta disciplina a tu “Santos”, Cacique, así no hay “Santa Lucía que valga”.
Rafael Santos sin duda hace una buena unión con Franco. ¿Cuál de los dos serán más soberbios y prepotentes? Que entre el diablo y escoja. Si no le bajan al orgullo al “yo me creo” al “yo soy más que…” o “al yo soy hijo de” esta unión no demora un fin de semana.

Rafael Santos cree que por ser hijo de quien es hay que aceptarle todo. Y Franco cree que con tener talento y ser orgulloso y prepotente todo se lo ha ganado ya. Con esos antecedentes esa unión está pegada con saliva de mico. ¿Quién manda a quién? Si allí todos son protagonistas y nadie acepta siquiera una insinuación del otro.
Es una guerra de egos. Quién sabe cuál explotará primero y tira todo al carajo porque la paciencia y el compromiso como que no hacen parte del arsenal con que están armados estos señores.

Triunfan si ponen los pies en la tierra, si se creen mortales. Si cultivan el don de gente, la humildad, la disciplina y proyectan una imagen de verdaderos profesionales en la música, y hay que sumarle a todo esto que la gente se lo crea. Esto debe de ir más allá que sonreír para la foto.
Ojalá que esta nueva y enésima unión para ambos sea la segunda oportunidad que siempre el destino le regala a los que creen que se merecen todo y no se han ganado nada.

Para mí todo este disfraz, hoy, no es más que propaganda que ambos necesitan porque están por fuera del cotarro. Ojalá este anuncio sea más que patadas de ahogados. Pueda ser que mañana no nos toque confesar que “más es la bulla…”
Tienen todo para triunfar. Es más: siempre lo han tenido. Pero no se han dado cuenta. Han equivocado el camino

FABIO FERNANDO MEZA
05.06.2011

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